En un comunicado, recogido por la agencia oficial de noticias norcoreana KCNA, el Ministerio afirma que la CIA y los servicios de inteligencia surcoreanos “sobornaron” en 2014 a un norcoreano apellidado Kim que trabajada en un complejo industrial en el territorio ruso de Jabárovsk para que cometiera un “atentado terrorista” contra el líder supremo del país.
El objetivo era asesinar Kim durante los actos en marzo en el Palacio del Sol de Kumsusan (donde están embalsamados su abuelo y su padre, Kim Il-sung y Kim Jong-il, respectivamente) y en el desfile militar.
“Le dijeron que el asesinato con sustancias químicas, incluidas sustancias radiactivas y nanovenenos, era el mejor método, que no requiere acceso al objetivo”, con resultados tras seis o doce meses, se indica en el texto.
Los servicios de inteligencia de Seúl asumieron el coste de los suministros y fondos necesarios para la operación y el hombre recibió dos pagos de 20 mil dólares, así como un transmisor-receptor de satélite.
A lo largo de 2016, cuando el hombre residía en Pyongyang, se le facilitaron instrucciones para tener acceso a los lugar de las celebraciones y se le dieron 200 mil dólares para establecer un centro de enlace en el extranjero con el fin de introducir los equipos y materiales necesarios y para “sobornar a cómplices”.
“Le insistieron en que tomara las mejores medidas para examinar y preparar la operación, ya que podría desencadenar un incidente catastrófico, como una guerra”, una vez se conociese el origen de la misma, se indica en el comunicado.
En respuesta, Corea del Norte amenazó con lanzar un “ataque antiterrorista” contra las agencias de inteligencia de ambos países por la conspiración.
“Vamos a rastrear y destruir sin piedad hasta el último terrorista de la CIA” y la inteligencia de Seúl, según KCNA.