Nada menos que 20 legisladores del propio partido republicano votaron contra el proyecto, junto a la esperada resistencia de los 193 integrantes del bloque del partido Demócrata.
La iniciativa ahora será enviada al Senado, también bajo las riendas republicanas, donde se espera que le operen importantes modificaciones antes de ser sometida a voto la próxima semana.
“Votaremos sobre el programa de salud (…), porque tenemos votos suficientes”, dijo a la Prensa el líder de la mayoría republicana, Kevin McCarthy. “Pasará, es un buen proyecto”, agregó.
La Casa Blanca y los líderes republicanos negociaron con las alas moderada y conservadora del partido a fin de elaborar un texto aceptable para la mayoría.
La minoría demócrata de la Cámara se oponía totalmente al proyecto, forzando a los republicanos a limitar a 22 las posibles defecciones. Para ser aprobado, el proyecto necesita 216 votos.
Actualmente la Cámara de Representantes está integrada por 238 republicanos y 193 demócratas. Si es aprobado, el proyecto debe ser debatido en las próximas semanas por el Senado, donde se prevé que será profundamente modificado.
“El presidente dijo: te necesitamos”
Una versión anterior del plan republicano fracasó en marzo, cuando el rechazo tanto de moderados como de conservadores republicanos frustró el intento de Trump y los líderes del partido de acabar con la Ley de Atención Sanitaria Asequible de Obama, aprobada en 2010.
Aparentemente los líderes republicanos onseguieron apoyo de suficientes legisladores escépticos del proyecto, que contempla US$8 mil millones para los costos de cobertura de salud de personas con enfermedades preexistentes.
Trump ha impulsado el nuevo proyecto modificado varias veces en los últimos días y se ha involucrado personalmente en el forcejeo, hablando por teléfono o cara a cara con algunos republicanos.
El anuncio fue hecho cuando el proyecto de reforma de salud ganó impulso debido a que dos influyentes representantes republicanos –Fred Upton de Michigan y Billy Long de Missouri– cambiaron de opinión el miércoles y dieron su respaldo a la iniciativa, tras una intensa presión ejercida por el propio mandatario.
“El presidente dijo Billy, realmente te necesitamos. Te necesitamos, hombre. Yo dije, no me tienen”, contó Long a los reporteros en la Casa Blanca, al describir un tira y afloja con Trump, que buscaba convencerlo de apoyar la ley.
Long dijo que cambió de opinión después de que el presidente dio su apoyo a una enmienda que añade un suplemento de US$8 mil millones para ayudar a financiar las pólizas de los llamados ”grupos de alto riesgo“, que absorberán los costos de personas con enfermedades caras, como el cáncer.
“Va a perjudicar a muchos…”
Upton se oponía anteriormente a la legislación, alegando que estaba en desacuerdo con una disposición que permite a los estados eliminar las garantías de cobertura a las personas con enfermedades preexistentes, algo que contemplaba el Obamacare.
Pero después de la reunión con Trump, Upton dijo que pensaba que el nuevo financiamiento bajo este proyecto podría” más que cubrir a aquellos que podrían ser afectados“.
Muchos expertos en políticas de salud, sin embargo, aseguran que US$8 mil millones son insuficientes para proporcionar cobertura para las personas enfermas.
La nueva ley ”no sólo eliminará la cobertura de seguro de salud de millones de estadounidenses, sino que eliminará en muchos casos la prohibición de cobrar más por la cobertura a los que tienen condiciones médicas subyacentes“, dijo el presidente de la Asociación Médica Estadounidense, Andrew Gurman, quien se opone a la iniciativa.
El proyecto enfrentará ahora un largo camino en el Senado, donde es casi seguro que los republicanos moderados le introduzcan cambios para tratar de lograr que sea aprobado en definitiva.