Los 3.5 millones de habitantes de la isla caribeña pueden participar en las primarias de los partidos pero aún cuando tienen ciudadana norteamericana no pueden votar en las presidenciales de noviembre.
Según las proyecciones, Rubio habría conseguido casi tres cuartas partes de los votos, lo que le permitiría adjudicarse los 23 delegados en juego de la Isla, que lo obtiene un candidato si recibe más de la mitad de los sufragios.
Ésta es una necesitada buena noticia para el senador de padres inmigrantes cubanos, que hasta los momentos se encuentra en un distante tercer lugar en la carrera para la nominación presidencial de su partido, con apenas una victoria en un estado de Estados Unidos, Minnesota.
El cabecilla sigue siendo el grandilocuente multimillonario Trump, que lidera con triunfos en 12 estados, seguido del senador ultraconservador Ted Cruz, que ha obtenido seis.
El cuarto contrincante, el gobernador de Ohio, John Kasich, no ha obtenido ninguna victoria.
Rubio fue el único candidato que hizo campaña en Puerto Rico, donde estuvo el sábado y en septiembre pasado.
La isla caribeña se encuentra actualmente sumida en una grave crisis económica, con una deuda de US$70 mil millones y en medio de una recesión de casi una década.
Debaten
En tanto los aspirantes presidenciales del Partido Demócrata, Hillary Clinton y Bernie Sanders, se miden el domingo en un nuevo debate, un día después de dividir votos en tres estados durante las primarias camino a la nominación para la Casa Blanca.
Clinton, de 68 años, llega al séptimo duelo verbal entre los aspirantes demócratas, y el tercero a solas con Sanders, luego de un abrumador triunfo el sábado en la primaria de Luisiana que elevó a mil 121 su cuenta de delegados, casi la mitad de los dos mil 383 necesarios para lograr la nominación en la convención demócrata de julio.
Pero las victorias del senador de 74 años en los caucus (asambleas electorales) de Kansas y Nebraska demostraron que su campaña está viva a pesar de sus bajas probabilidades, a la larga, de vencer a Clinton.
Sanders, que se ha impuesto en siete estados, podría seguir sumando delegados el domingo, cuando los demócratas voten en el caucus de Maine, un estado al igual que Kansas y Nebraska de mayoría blanca, sector predilecto para el senador.
Clinton y Sanders entrarán a escena en el Whiting Auditorium de Flint, en Michigan, una selección nada casual tras el escándalo político desatado por la contaminación del agua potable de esta pequeña ciudad -ya expuesta a inequidades económicas y raciales- luego que las autoridades locales ignoraran y ocultaran la situación.
Se espera que la propia ciudad de Flint sea parte de la discusión y una oportunidad para los aspirantes demócratas de restregar la grave crisis ambiental contra el Partido Republicano, al que pertenece el gobernador de Michigan, Rick Snyder.