En esa embarcación, construida con material de madera y tambos flotantes, viajaban 10 hombres que manifestaron haber zarpado de Isla Juventud, Cuba, y que sus vidas habían estado en peligro tras 16 días a la deriva.
En una segunda acción, la Marina ayudó a un pesquero que había avistado otra balsa, esta vez con 13 hombres también cubanos, que se encontraban a la deriva a 246 kilómetros al norte de Puerto Progreso. Todos los migrantes fueron entregados al Instituto Nacional de Inmigración.