“Recibí 54 millones de votos y me siento indignada por la decisión”, dijo la mandataria en una rueda de prensa en el palacio gubernamental de Planalto, en su primera reacción pública tras el voto en la Cámara.
“Los actos por los que me acusan fueron practicados por otros presidentes de la República antes de mí y no se caracterizaron como actos ilegales o criminales”, explicó Rousseff, que negó se haya enriquecido de forma ilegal.
“Esto es muy interesante porque no hay en mi contra una acusación de desvío de dinero público, no hay una acusación de tener dinero en el exterior. Por eso creo que es una injusticia. Personas con cuentas en el exterior presiden la sesión de una cuestión tan grave”, zanjó Rousseff en referencia al presidente de la Cámara baja, Eduardo Cunha, investigado por corrupción.
La mandataria dijo que el gobierno tendrá una relación “diferente” con los senadores para frenar el proceso a través de una “interlocución calificada”.
“No me dejaré abatir, no me voy a paralizar por esto, voy a continuar luchando y voy a luchar como lo hice toda la vida”, dijo Rousseff. “Están torturando mis sueños, mis derechos, pero no van a matar mi esperanza, porque sé que la democracia está del lado correcto de la historia”, añadió.