El jefe de la diplomacia rusa señaló que los resultados de la operación militar rusa “dependerán de las circunstancias”, pero insistió en que Rusia “está interesada en que el pueblo ucraniano sea independiente, en que tenga un Gobierno que represente su diversidad y que no esté bajo un control extranjero total”.
“Nadie tiene la intención de ocupar Ucrania”, afirmó, al reiterar la posición expresada la víspera por el presidente ruso, Vladímir Putin, y añadió que “el objetivo de la operación fue declarado abiertamente: la desmilitarización y la desnazificación”.
Rusia está dispuesta a dialogar
Lavrov afirmó que Rusia está “lista para el diálogo” en cuanto “las Fuerzas Armadas de Ucrania respondan al llamado de nuestro presidente, dejen de resistirse y depongan las armas”.
“Nadie tiene la intención de atacarles, nadie va a oprimirles, que retornen con sus familias. Démos todos juntos la oportunidad al pueblo ucraniano de definir su destino”, indicó.
Según el ministro, el diálogo será posible “tras la restauración del orden democrático en Ucrania”.
“Nos sobran las negociaciones. Pero cuando éstas se suplantan con sabotajes, y cuando acusan paralelamente a Rusia de que resulta que debe cumplir los acuerdos de Minsk… se trata de una desvergüenza, un rasgo conocido de algunos colegas occidentales”, denunció.
Lavrov lamentó que en estos momentos la comunidad internacional “niegue a coro que en Ucrania se observan síntomas evidentes de un genocidio” y anunció que Rusia prepara una exposición con pruebas de esto para la próxima sesión del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas que se celebrará la próxima semana.
“Veremos quién quiere ver la verdad con sus propios ojos”, añadió.