La grabación ha sido vista por más de 3.6 millones de personas en YouTube.
La historia comenzó cuando Koebner visitó un laboratorio experimental en Estados Unidos y como tenían encerrados en cajas a varios chimpancés. Sin haber visto la luz del sol o sentir el aire fresco durante seis años, la mujer se conmovió de los animales con quienes habían experimentado medicamentos y vacunas contra la hepatitis.
La mujer los trasladó a un santuario natural ubicado en Florida y cuidó de ellos durante cuatro años, tiempo durante el cual les ayudó a adaptarse a la vida silvestre, puesto que los animales tenían miedo incluso del contacto con el pasto.
Transcurridos 25 años desde el rescate, Koebner regresó al santuario y fue cuando se produjo el emotivo momento que fue publicado en el documental.
¿Me recuerdas todavía?, dice Koebner al chimpancé llamado Swing, visiblemente viejo por el paso de los años, este se acerca a ella le ofrece una sonrisa tan sincera como feliz, y en seguida la abraza.
Luego se acerca Doll, otra chimpancé de los que Koebner cuidó, y junto con Swing la abrazan y sonríen como queriendo decir “gracias por haberme rescatado”.
“Los chimpancés nos han proporcionado tanto en este mundo”, relata en medio de lágrimas Koebner durante el documental.
“Estos chimpancés me han enseñado la capacidad de recuperación, todos han pasado por tremendas adversidades y sin embargo son tan indulgentes”, añade.
Estos primates que comparten el 98.8 por ciento del ADN de los humanos, solían utilizarse en Estados Unidos para experimentar nuevos medicamentos y vacunas, pero esta práctica fue erradicada el año pasado después que el chimpancé fue declarado una especie en peligro de extinción.