Estos detalles los compartió Bloom en una entrevista para el medio estadounidense CNN. Según indicó, su hijo Bloom le expresó preocupación por las medidas de seguridad del dispositivo, por lo que para convencerlo le mostró un video de OceanGate Expeditions en el que se hacía un recorrido sobre cómo era el viaje al fondo del mar.
“Vi muchas banderas rojas. Solo estaba destinado a cinco personas. Simplemente, no pensé que pudiera sobrevivir sumergiéndose tan bajo en el océano”, comentó Sean Bloom, hijo de Jay. También añadió, “Al final, terminé advirtiéndole a mi papá al respecto, y él terminó de acuerdo conmigo”.
Ante este escenario de preocupación por las medidas de seguridad, los dos millonarios renunciaron a sus asientos en el submarino Titán. Lo inusual y sorprendente de este suceso es que el propio Rush viajó a Las Vegas en marzo de este año para tratar de convencer a Bloom. En la conversación que el dueño de OceanGate Expeditions tuvo con Jay, Stockton le intentó resolver las inquietudes que tenía en relación con el sumergible.
No obstante, no logró convencerlo. Fue así como los boletos establecidos para ellos pasaron a manos del empresario paquistaní Shahzada Dawood y a su hijo. Estos dos personajes fallecieron juntamente con otros tres en el desaparecido sumergible Titán, del cual no se encontró mayor rastro, pero se concluyó que tuvo una implosión, por lo que se inició una investigación por parte de las autoridades de Canadá y Estados Unidos.
Las Vegas billionaire Jay Bloom and his son Sean had planned to go on the doomed Titanic voyage, but pulled out. A friend of Bloom's son researched what could go wrong and it scared Sean. pic.twitter.com/fOxywddybC
— Inside Edition (@InsideEdition) June 24, 2023
Los daños del Titán
Los cinco fallecidos fueron: Shahzada Dawood y su hijo Suleman Dawood, ambos de Gran Bretaña, pero con origen paquistaní; Hamish Harding, empresario británico; Paul-Henri Nargeolet, buzo francés y especialista en el Titanic; y Stockton Rush, dueño de OceanGate Expeditions.
Según la Marina estadounidense, el Titán perdió comunicación con el exterior pasado los 105 de estar sumergido. Esto sucedió en la noche del domingo 18 de junio y fue reportado por las autoridades al mando de su barco de control, el Polar Prince. Desde entonces se realizó una búsqueda “incansable” que llegó hasta la mañana del jueves 22, cuando los tripulantes fueron dados por muertos.