Los presidentes Rafael Correa y Tabaré Vázquez, quienes ejercen las presidencias pro tempore de la Celac y la Unasur, dos de los mayores bloques regionales, acompañarán la cita.
Los días previos al encuentro estuvieron cargados de acusaciones de lado y lado que anticipan una discusión difícil, de la que quizá no salga una solución definitiva a la crisis, según dejó entrever Santos.
“Viajamos (…) a Ecuador con las mejores intenciones, pero sin grandes expectativas”, dijo el mandatario en un mensaje enviado desde Twitter la noche del domingo.
Maduro también prevé un diálogo “muy duro”. “Me voy a reunir con el presidente Santos, y uno de los temas que le llevo, que es duro, pero tenemos que ver la cruda realidad: ¿ Van a combatir el narcotráfico en Colombia, sí o no?, afirmó el líder venezolano.
Con un largo historial de incidentes en su porosa frontera de 2.119 km, las relaciones entre Colombia y Venezuela entraron hace un mes en una grave espiral de tensiones.
El 19 de agosto Maduro decretó el estado de excepción en puntos fronterizos y ordenó su cierre, tras un ataque a una patrulla venezolana que dejó tres heridos.
El jefe de Estado culpó de la acción a paramilitares colombianos implicados en el narcotráfico y emprendió una cruzada para sanear la frontera del millonario contrabando de mercancías, principalmente de gasolina, y que es estimulado por las diferencias abismales de precios entre países.
Desde entonces han sido deportados 1.532 colombianos y 18.377 han regresado a su país por miedo a ser expulsados, según cifras de la ONU.
Bogotá y Caracas se distanciaron aún más con el llamado a consultas de sus embajadores.
A raíz del éxodo de colombianos, muchos de los cuales huyeron por trochas con sus enseres a cuestas, Colombia ha denunciado “un drama humanitario”, agravado según Bogotá por violaciones a los derechos humanos por parte de autoridades venezolanas.
Acosado por una grave crisis económica de cara a las elecciones legislativas de diciembre, Maduro ha negado los señalamientos y ampliado el cierre a otras áreas fronterizas, al tiempo que endureció su discurso contra Bogotá.
La crisis escaló en la última semana con las denuncias de Colombia sobre tres incursiones aéreas y una terrestre en su territorio por parte de fuerzas venezolanas.
– La llave ecuatoriana –
Con esos antecedentes, el encuentro de este lunes bien podría estar lejos de ser definitivo para resolver la tirante situación política y fronteriza.
Las cancilleres de Colombia y Venezuela ya fracasaron en el intento de acercar posiciones durante las dos reuniones que han sostenido, la última de ellas en Quito, desde que estalló la crisis.
De ahí que todas las miradas apunten a Ecuador y Uruguay. Los dos gobiernos, en su condición de representantes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), podrían tener la clave diplomática en esta coyuntura.
Correa aparece como el facilitador más activo en el diálogo entre Colombia y Venezuela.
Muy cercano a Maduro, el presidente ecuatoriano mantiene a su vez una relación cordial con su homólogo colombiano.
Correa se anotó un primer punto al conseguir que tanto Santos como Maduro aceptaran reunirse sin condiciones previas.
“Nuestra gratitud porque, pese a que cada uno tenía sus legítimas aspiraciones, legítimas exigencias (…) el presidente (Juan Manuel) Santos, el presidente (Nicolás) Maduro atendieron sin condiciones y con mucha gentileza la invitación”, dijo Correa el sábado.
El presidente ecuatoriano cree que en Quito “se superarán los problemas que han surgido en la frontera colombo-venezolana”.