Rappylee Bateman de 46 años estaba casado con 20 mujeres, en su mayoría menores de 15 años a las que explotaba sexualmente. Consideran que una de ellas podría ser su hija, de 9 años.
El sospechosos está acusado por participar en actividades sexuales delictivas y de pedofilia, así como también sus seguidores.
El tráfico sexual se realizaba a través de las fronteras estatales en un tráiler, en donde el presunto responsable obligaba a las mujeres a usar un cubo como inodoro improvisado.
Bateman, autoproclamado profeta, era miembro de la Iglesia fundamentalista de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, un grupo mormón de Estados Unidos.
Según la investigación realizada por el FBI “Bateman supuestamente tiene impresiones de la voluntad del Padre Celestial para alentar a sus seguidores, incluidos los menores, a participar en actos sexuales y confía en esa sumisión para hacer su propia voluntad”.
El acto sexual en grupo lo consideraba como un ritual denominado Unión de hermanos. Suponen que en esas ceremonias el líder tenía relaciones sexuales con las esposas de sus seguidores mientras niños y hombres observaban.
El líder de la secta afirmó que el Padre Celestial le dijo a tres de sus seguidores que debían entregar lo más preciado que tienen, la virginidad de sus hijas. Autoridades aseguran que existen grabaciones del 1 de noviembre del 2021 que fueron entregadas a la policía, en donde una niña de 12 años participó de la orgía.
Los audios evidencian que las niñas lloraban y se quejaban del dolor durante el acto sexual mientras el líder recitaba que: “Dios arreglará sus cuerpos y volverá a colocar el himen en su sitio”