Ambas bombas explotaron al paso de vehículos de la Policía, según Dogan. La cadena NTV afirmó que 25 personas habían resultado heridas en el ataque en Mardin, y 13 en Diyarbakir.
Las autoridades creen que detrás de las dos explosiones se encuentra el PKK, afirmó un responsable turco.
Horas antes, cinco soldados murieron en otro ataque igualmente atribuido a los rebeldes turcos en Uludere, en la provincia de Sirnak (sudeste), cerca de la frontera con Irak.
Un explosivo casero colocado en una carretera del municipio de Uludere estalló al paso de un blindado militar, según informó la cadena NTV.
Por la explosión, aparte de los cinco soldados, ocho resultaron heridos, algunos de ellos de gravedad.
Tropas de refuerzo se han trasladado a la zona, donde se ha iniciado una amplia operación para dar con los guerrilleros.
Más de 600 miembros de las fuerzas de seguridad turca han muerto en atentados y ataques del PKK desde el fracaso del proceso de paz con el Gobierno y la ruptura del alto el fuego en julio de 2015.
La montañosa región de Uludere, en la frontera entre Turquía y el Kurdistán iraquí, fue en diciembre de 2011 escenario de un bombardeo de las Fuerzas Aéreas turcas que acabó con la vida de 34 contrabandistas civiles, en lo que se conoce como “masacre de Roboski”.
Más de 40 mil han muerto desde el inicio del conflicto entre los rebeldes kurdos y el estado turco en 1984. El PKK es considerado un grupo terrorista por Turquía, la Unión Europea y Estados Unidos.