“Un intercambio de prisioneros con Ucrania tendrá lugar el sábado”, declaró una responsable prorrusa de Derechos Humanos, Daria Morozova, a la agencia de prensa rusa Interfax.
Kiev no confirmó el intercambio, que forma parte de la serie de medidas incluidas en los acuerdos de “Minsk 2”, firmados el 12 de febrero, y que implicaban también un alto el fuego, que ha sido violado en varias ocasiones desde su entrada en vigor el 15 de febrero.
En este sentido, Washington acusó a los separatistas de “mofarse” de la tregua al violarla “más de 250 veces”.
La batalla de Debaltsevo, donde miles de soldados ucranianos defendían este estratégico nudo ferroviario que enlaza los dos bastiones separatistas de Donetsk y Lugansk, representa la principal transgresión de los acuerdos.
A consecuencia de los continuos bombardeos, dos mil 500 soldados huyeron precipitadamente durante la madrugada del miércoles.
Kiev anunció la muerte de 13 militares, si bien las pérdidas podrían ser mayores máxime cuando las fuerzas armadas ucranianas reconocieron no tener noticias de 82 soldados.
Los separatistas, que controlan ahora la ciudad, anunciaron el viernes el descubrimiento de los cadáveres de 57 soldados ucranianos y de numerosas armas, entre ellas, 28 tanques.
Críticas al Estado Mayor ucraniano
En el seno del ejército y de la sociedad ucraniana, crecen las críticas contra el Estado Mayor, al que consideran incompetente.
En Artemvisk, una localidad situada a 35 kilómetros al norte de Debaltsevo, un responsable regional leal a Kiev, que pidió el anonimato, declaró a AFP que la mayoría de los soldados allí reagrupados rechazan volver al frente.
El presidente ucraniano, por su parte, reclamó de nuevo el jueves el envío de un contingente internacional de paz y “garantías claras” en caso de nuevas “violaciones de los acuerdos” por los separatistas.
Sin embargo, su llamamiento quedó en papel mojado a pesar de una conversación telefónica a cuatro entre los dirigentes de Ucrania, Rusia, Alemania y Francia, quienes abogaron de nuevo por aplicar todas las medidas acordadas el 12 de febrero en Minsk.
La jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, y el presidente francés, Franois Hollande, deben abordar de nuevo este viernes en París la situación en Ucrania.
La petición de un contingente de paz fue acogida también con frialdad por la Unión Europea, que indicó el jueves que esta misión correspondería a la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europea (OSCE), según una portavoz de la diplomacia europea, Catherine Ray.
“Ucrania atraviesa un momento crítico. Las continuas violaciones del alto el fuego podrían desembocar en una violencia incontrolada”, declaró por su parte el ministro serbio de Relaciones Exteriores, Ivica Dacic, presidente en ejercicio de la OSCE.
Lituania, uno de los principales aliados de Ucrania en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, instó a este último a estudiar la petición de Kiev.
A pesar de que ambos bandos se comprometieron a retirar las armas pesadas del frente, los disparos de artillería continúan en casi toda la línea del frente. En Donetsk, donde tres agencias de Naciones Unidas entregaron el jueves 62 toneladas de ayuda humanitaria, una civil murió el viernes por la mañana.
