De 57 años, alias Popeye falleció en el Instituto Nacional Cancerológico de Bogotá, adonde había sido trasladado el 31 de diciembre.
Él mismo se atribuía por lo menos 250, quizá 300 crímenes por instrucciones del “Patrón”.
Además, dijo haber ordenado unos 3 mil asesinatos, pero ninguna autoridad dio crédito a esa cifra.
También se presentaba como el jefe de pistoleros del capo, aunque autoridades, víctimas y gente de la mafia pusieron en duda su importancia dentro de la organización, según la agencia AFP.
Cierto o no, cada relato del Popeye atrajo la atención del público, que incluso lo impulsaron a tener su canal de YouTube y una serie en Netflix basada en su autobiografía “Sobreviviendo a Pablo Escobar”.
La vida íntima de Escobar también fue algo de lo que Popeye atestiguó, pero este caso los cruzó a ambos en un mismo camino, o más bien con una misma mujer.
En una entrevista con Infobae, Popeye contó la historia de Wendy Chavarriaga Gil, la segunda mujer en orden de importancia del Patrón, después de María Victoria Heano Vallejo.
Escobar le dio todo lo que la modelo le pidió, carros, joyas, ropa de alta costura, viajes y un apartamento, según Popeye.
La mujer, no obstante, rompió una regla de Escobar: quedar embarazada. El capo, celoso de su familia, ordenó que le hicieran un aborto en su Hacienda Nápoles. Cuando ella despertó de la cirugía, el mismo narcotraficante se encargó de decirle que su relación había terminado.
Pero eso solo fue el inicio de esta trama.
El tiempo se encargó de juntar a Chavarriaga y a Popeye. Fue en una discoteca, relató el ahora fallecido, donde bailaron, bebieron y terminaron en un apartamento costeado por Escobar de cuando fueron amantes.
“Yo era todo leal a Pablo”, dijo Popeye al justificar por qué le contó a su patrón que había visto a Chavarriaga. Sin embargo, Escobar lo paró en seco.
“Pope… pero déjeme que le diga que usted no es un hombre para Wendy: ella es para capos. Tenga cuidado, ahí hay algo raro”, recordó Popeye que le dijo Escobar.
Aunque entendió el mensaje de su jefe, Popeye siguió viéndose con Wendy. Mientras tanto, Escobar, que olfateaba algo, ordenó que la mujer fuera investigada; el teléfono fue intervenido.
Fue así como Escobar descubrió que Wendy era informante del Bloque de Búsqueda, una unidad policial cuyo objetivo era dar con Escobar vivo o muerto.
“‘¿Qué hacemos ahí, Pope? Se acuerda que le advertí'”, le dijo Escobar, según Velásquez, quien entonces le respondió que lo que había hecho era “gravísimo” y que entendía qué tenía que hacer.
En la misma entrevista Popeye aseguró que no quiso matarla porque estaba enamorado, así que lo delegó a dos sicarios del cartel.
“Concerté una cita con ella en uno de los restaurantes de moda. Me paré a media cuadra. No existían los celulares y llamé por teléfono al restaurante. Mis muchachos tenían la orden de actuar cuando el camarero preguntara en voz alta por la señorita Wendy. Oí sus tacones aproximándose al bar, y luego los tiros y su grito… Quería oírla morir, porque yo me sentí pequeño, usado, idiota”, recordó.
Popeye estuvo en prisión desde 1992 y purgó 23 años. Quedó en libertad pero en 2018 fue recapturado por un caso de extorsión tras ser sorprendido por la policía en la fiesta de un jefe de la llamada Oficina de Envigado, dedicada al narcotráfico.
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