En plena fiesta musulmana del Eid al Adha, los tres atentados confirmaron que la crispación no se había disipado.
Saeed Amro se lanzó gritando “Dios es el más grande” con tres cuchillos en sus manos contra una policía, que lo abatió cerca de la ciudad vieja de Jerusalén Este, parte palestina de Jerusalén, ocupado desde 1967 y en la actualidad anexionado por Israel, dijo la policía israelí.
El hombre, de 28 años, fue descrito como un palestino y poseedor de pasaporte jordano. Muchos palestinos lo tienen.
Casi al mismo tiempo, un palestino fue abatido tras haber cometido un ataque embistiendo con su vehículo contra la gente que esperaba en una parada de autobús y dejando tres heridos leves. El suceso ocurrió en la colonia israelí de Kyriat Arba en Cisjordania, un territorio ocupado por Israel desde hace casi 50 años, indicaron el ejército y el personal de socorro israelíes.
El conductor fue identificado por las autoridades palestinas como Firas Jadur. Además, una palestina identificada como Raghdad Jadur, que iba a bordo del vehículo, resultó gravemente herida de bala en el estómago, señaló el hospital israelí donde ingresó.
Otro palestino fue abatido por las fuerzas israelíes tras haber herido a un soldado con arma blanca en Hebrón, en el sur de Cisjordania ocupada, según el ejército israelí.
– Vejaciones de la ocupación –
En los últimos meses, se han producido multitud de ataques y agresiones en los lugares de los tres atentados del viernes: Hebrón, los alrededores de Kyriat Arba, donde viven 500 colonos israelíes atrincherados en medio de 200.000 palestinos, y la puerta de Damasco, en Jerusalén Este.
La mayoría de los palestinos abatidos son autores o presuntos autores de ataques, muchos de éstos, cometidos con cuchillo o embistiendo con vehículos contra los transeúntes, según las autoridades israelíes.
Para los analistas, los ataques palestinos son el resultado de las vejaciones de la ocupación, de la ausencia de cualquier perspectiva cercana a la independencia, de las frustraciones económicas y de las disputas entre los propios palestinos. Por su parte, Israel acusa a las autoridades palestinas de atizar el odio.
El jueves por la noche, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, denunció en Nueva York que, desde 1967, 500.000 colonos se han instalado en territorios palestinos a pesar de que “la colonización es ilegal según la ley internacional” y supone “un obstáculo para la paz” .
Por otro lado, Ban también criticó la “despreciable” incitación al odio por parte de partidos palestinos y dijo que la Franja de Gaza es una “bomba de relojería” .
“La solución de los dos Estados [uno israelí y otro palestino] podría ser sustituida por una realidad de un solo Estado [israelí] presa de una violencia perpetua y de la ocupación” , advirtió.
La de hoy es una de las jornadas más violentas de las últimas semanas, cuando parecía amainar la ola de violencia que comenzó en la zona el pasado 1 de octubre.
Desde entonces han muerto 226 palestinos (sin contar a los de hoy) , al menos dos tercios de ellos en ataques o presuntos ataques contra israelíes y el resto en redadas y manifestaciones en Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este.
En los ataques palestinos han muerto 36 israelíes y tres extranjeros.