“Creo que el presidente y yo podemos resolver esos problemas (…). La inmigración ilegal es un problema para México como para nosotros. Las drogas son un tremendo problema para México como para nosotros. No es una calle de un sólo sentido. Trabajaremos juntos y resolveremos esos problemas”, expresó Trump.
3,000 kilómetros de frontera comparten ambos países
1 millon de personas cruzan la línea limítrofe cada día
400,000 vehículos hacen los mismo diariamente
US$500 millones anuales es el monto del comercio transfronterizo
US$200,000 millones al año representan las exportaciones de EE. UU. a México
6 millones de empleos, se calcula, representan las importaciones que México hace a EE. UU.
Sobre su conversación privada con Peña Nieto, el magnate aseguró que tuvieron un “sustantivo y constructivo intercambio de ideas” y que para él fue importante presentar su perspectiva sobre el impacto de la inmigración ilegal y el comercio entre ambos países.
Peña Nieto es el primer presidente mexicano que se reúne con un candidato estadounidense y que además ofrece un mensaje mediático conjunto pese a que su invitado no es un jefe de Estado.
El presidente mexicano destacó la importancia de trabajar en conjunto para lograr una frontera más segura, pero resaltó la obligación de detener el flujo de armas y dinero desde el vecino del norte hacia organizaciones criminales en el sur.
“Muchas vidas pueden ser salvadas en ambos lados de la frontera si las organizaciones criminales dejan de recibir armas y dinero (…) Ambos países debemos invertir más en ello (en la frontera), más en infraestructura, más en gente, más en tecnología para hacer más segura y eficiente” la frontera común, dijo el mexicano.
La intempestiva visita de Trump, anunciada la noche del martes luego que Peña Nieto invitó a Trump y a su contrincante demócrata Hillary Clinton a México para sostener un encuentro, ha estado rodeada de una andanada de críticas entre políticos, analistas y ciudadanos que tienen fresco en la memoria el encendido discurso contra la inmigración del magnate, en el que ha tachado a mexicanos de violadores y criminales.
No obstante que Trump aclaró que discutió con Peña Nieto su promesa de levantar un muro fronterizo durante su reunión, reconoció que no se tocó el tema de que México cubra los costos de la obra, como ha insistido el empresario neoyorquino. “Eso se hablará en una fecha posterior”, dijo Trump.
Merecen respeto
Por su parte, el presidente mexicano también se refirió al tema de la inmigración y dijo a Trump que los migrantes mexicanos son “honestos” y “trabajadores” y por ello “merecen el respeto de todos”.
“La comunidad mexicana en Estados Unidos contribuye todos los días con su talento y trabajo” a “la prosperidad” de ese país, y son “gente honesta”, “trabajadora”, “personas de bien”, que “respetan a la familia y la ley”, indicó Peña Nieto en respuesta a los ataques que Trump ha lanzado contra ellos en la campaña.
Peña Nieto y Trump mantuvieron este miércoles una reunión privada, rodeada de expectación después de que el magnate estadounidense enfocara su artillería durante su campaña en contra de los migrantes indocumentados.
Peña Nieto dijo haber tenido el miércoles una “conversación abierta y constructiva” con su interlocutor, en la que ambos pudieron conocerse e “intercambiar opiniones y visiones sobre la relación bilateral”.
Aunque expresó su “absoluto respeto” con “el proceso electoral de los Estados Unidos”, aclaró que en la reunión con el magnate estadounidense hablaron sobre los ataques de este último.
En el encuentro “hice también notar y sentir la gran responsabilidad que tengo como presidente de México de defender al pueblo de México y que había habido malinterpretaciones o afirmaciones que lamentablemente habían lastimado y afectado a los mexicanos en la percepción que venían haciendo” de Trump.
“Mi prioridad como presidente de México y la de mi Gobierno es proteger a los mexicanos donde quiera que ellos se encuentren”, advirtió, antes de reiterar que “el pueblo de México se había sentido agraviado”.
Pese a todo, dijo estar “seguro” del “interés genuino” de Trump por “construir una relación” que dé a ambas naciones “condiciones de mayor bienestar”.
Recordó que México y EE.UU. son “buenos vecinos y aliados estratégicos” y mantienen desde hace tiempo “una relación basada en el respeto mutuo”.
“Aunque no estemos de acuerdo en todo, confío en que juntos podremos encontrar mayor prosperidad”, sugirió a Trump.
Agregó que ambos países siempre deben “estar abiertos a discutir lo que ha funcionado y lo que no” para “mejorar las cosas en ambos lados de la frontera” de 3 mil kilómetros que comparten y “superar malos entendidos” y comprenderse “mejor”.
El gobernante detalló que cada día cruzan esa línea limítrofe un millón de personas y 400 mil vehículos, y el comercio transfronterizo mueve cada año US$500 millones.
Las exportaciones de EE.UU. a México son de US$200 mil millones al año y 6 millones de empleos en Estados Unidos dependen de esas ventas al país vecino.
En ese sentido, remarcó que su “convicción de que el TLCAN (Tratado de Comercio de América del Norte, que tiene más de 20 años) le ha hecho mucho bien” a los dos países e instó a la nación vecina a “construir la ruta para modernizar” ese convenio comercial.
Abogó por aumentar la “cooperación diaria” en materia de seguridad, “cada vez más importante para enfrentar los desafíos de un mundo complejo”.
Remarcó que la emigración de personas desde México a Estados Unidos tuvo su pico hace diez años, pero desde entonces ha venido disminuyendo “hasta ser negativa en términos netos”.
También instó a Trump y a Estados Unidos a tener “un enfoque integral que atienda el tránsito ilegal de personas y de drogas y armas” de la misma forma.
Reconoció que existe el reto de controlar el flujo de centroamericanos que cruzan México para llegar a Estados Unidos, porque está creando “graves crisis humanitarias”, aunque dijo también que la visión sobre la cuestión “no toma en cuenta los flujos ilegales que vienen hacia el sur”.
Concretamente al “flujo de armas y dinero en efectivo”, que acaban “fortaleciendo a cárteles que generan violencia en México”, puntualizó.
Humillación a domicilio
Los cuestionamientos por la visita de Trump arreciaron tras el encuentro, pero esta vez tuvieron como blanco a Peña Nieto, a quien sus críticos vieron humillado y débil.
“Esta es la frase que resume la visita de Trump a México: ‘Humillación a domicilio'”, escribió la politóloga y analista Denise Dresser al resumir el sentir en las redes sociales.
El izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) lamentó la “vergonzosa y débil” imagen del presidente ante Trump “que sólo humilla y pisotea”.
El senador del conservador Partido Acción Nacional (PAN) Javier Lozano escribió en Twitter que Trump habló “en su cara” sobre el muro fronterizo y el presidente mexicano se quedó “sin respuesta”.
Aunque la visita de Trump fue el tema de discusión del mexicano de la calle, no hubo mayores expresiones de protesta pues apenas se reunió un centenar de manifestantes en el emblemático Paseo de la Reforma.
El magnate partió luego de las 21h05 GMT a Estados Unidos, donde en la noche tiene un acto de campaña en el que se espera hablará sobre la migración clandestina.
¿Visita impuesta?
En columnas de prensa y medios diplomáticos se señala incluso que Trump fue quien impuso el día de la visita luego de que el viernes pasado recibiera la invitación.
“Tenían una buena, o mala idea (de invitar al republicano). Se les enredó, se les precipitó, no pensaron que Trump fuera a responder tan rápido, que les dijera ‘Ahí voy'”, dijo a Radio Fórmula el excanciller Jorge Castañeda.
El anuncio de la controvertida reunión estuvo precedido por versiones extraoficiales de la prensa estadounidense, a lo que siguió un desmentido por parte de la oficina de prensa de la presidencia.
Pero enseguida el magnate lanzó un tuit confirmando que aceptaba la invitación de Peña Nieto y que viajaba este miércoles. Cuatro minutos después, la presidencia mexicana confirmó también en Twitter.
Este controvertido encuentro se produce en momentos en que Peña Nieto está por entrar en su quinto año de seis en la presidencia y vive su peor momento de aprobación popular, con un mínimo de 23%, según una encuesta del diario Reforma publicada días atrás.
Se estima que en Estados Unidos viven unos 11 millones de indocumentados, la mayoría de ellos mexicanos y cuyos envíos de dinero a su familia son una de las principales fuentes de ingresos de México.