“Es mejor para Estados Unidos tener libertad en nuestra región, tanto en Cuba como en Venezuela”, dijo Trump en un pequeño teatro en Pequeña Habana, donde se aprestaba a anunciar modificaciones en la política de Washington hacia La Habana.
Trump, a través de un decreto, echó por la borda los avances políticos y económicos del expresidente Barack Obama, aunque dijo que las sedes diplomáticas continuarán en la Isla.
“Cuando los cubanos den pasos concretos, estaremos listos, preparados y capaces de volver a la mesa para negociar ese acuerdo, que será mucho mejor”, dijo Trump.
“Haremos cumplir el embargo”, dijo el presidente durante su discurso en el teatro Manuel Artime de la Pequeña Habana, donde desgranó la revisión que ha decidido hacer en la política de normalización de relaciones con la isla iniciada por su antecesor.
El levantamiento del embargo es algo que solo puede decidir el Congreso de EE. UU., controlado ahora por los republicanos en ambas Cámaras.
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Trump anunció este viernes la “cancelación” de la política de Obama hacia Cuba y se mostró dispuesto a negociar “un acuerdo mejor” con la Isla, pero solo si hay avances “concretos” hacia la celebración de “elecciones libres” y la liberación de “prisioneros políticos”.
Los principales cambios de Trump sobre la política con Cuba son una prohibición para que las empresas de EE.UU. hagan negocios con compañías cubanas de propiedad o controladas por las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) de Cuba y restricciones a los viajes de ciudadanos estadounidenses a la Isla.