El expresidente estadounidense presentó la demanda el viernes 1 de octubre en un tribunal de Florida, donde reside, en la que denunció “censura” contra él, lo que viola, según su opinión, su libertad de expresión, gatantizada por la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos.
Twitter y otras redes sociales cerraron las cuentas del expresidente después de que una turba de partidarios de Trump entrara por la fuerza al edificio del Congreso el 6 de enero, con el objetivo de impedir la certificación de la victoria del demócrata Joe Biden en las elecciones presidenciales de noviembre.
Horas antes de que se produjera el asalto, que dejó cinco muertos, Trump dio un discurso en el que insistió en que le habían robado las elecciones.
Twitter anunció la suspensión de la cuenta @realDonaldTrump “de forma indefinida por el riesgo de nuevas incitaciones a la violencia” dos días después de la asonada contra el Capitolio.
La plataforma “ejerce un grado de poder y control sobre el discurso político en este país que es inmenso, sin precedentes, y profundamente peligroso para el debate democrático abierto”, dice en la demanda, señalando que incluso los talibanes, en el poder en Afganistán, tienen una cuenta en Twitter.
Esa cuenta se abrió el 8 de agosto y “durante las semanas siguientes Twitter permitió a los talibanes tuitear regularmente sobre sus conquistas y victorias militares en todo Afganistán”.
Twitter, contactado por AFP, no quiso hacer comentarios.