El magnate añadió que los rusos “nos respetarían más” bajo su gobierno de lo que lo hicieron mientras Barack Obama estuvo en la Casa Blanca.
Trump ha cuestionado en repetidas ocasiones la conclusión de las agencias estadounidenses de inteligencia de que el Kremlin interfirió en la elección de 2016, y un reporte confidencial que se le presentó el viernes aparentemente no cambió mucho su punto de vista.
El documento vinculó de manera explícita al presidente ruso Vladimir Putin con la interferencia y resaltó que Moscú tenía una “clara preferencia” por el republicano Trump en su contienda contra la demócrata Hillary Clinton.
Pero Trump tuiteó que con tantos problemas globales que enfrenta Estados Unidos, no necesita agregar a la lista una relación conflictiva con Rusia.
Having a good relationship with Russia is a good thing, not a bad thing. Only "stupid" people, or fools, would think that it is bad! We…..
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) January 7, 2017
“Sólo los estúpidos y los tontos pensarían que es malo” tener una buena relación, señaló, al dejar entrever que su postura podría permitirle a los adversarios trabajar juntos para resolver “algunos de los muchos problemas urgentes del mundo!”
Si bien las autoridades de inteligencia repasaron sus reportes de la elección, también realizaron una perturbadora predicción: Rusia aún no termina de entrometerse en la política y toma de decisiones de Estados Unidos.
Inmediatamente después de la elección del 8 de noviembre, Rusia comenzó una campaña de “spear phishing” —un ataque cibernético directo— contra empleados del gobierno estadounidense, grupos de expertos en seguridad nacional, defensa y política exterior para intentar engañarlos para revelar sus contraseñas de email, señaló el reporte.
La evaluación fue el recuento público más detallado a la fecha de los esfuerzos rusos por hackear las cuentas de correo electrónico del Comité Nacional Demócrata y de demócratas en específico, como el jefe de campaña de Clinton, John Podesta.
La versión desclasificada señaló que el gobierno ruso filtró los correos electrónicos al grupo WikiLeaks, pese a que el fundador del sitio, Julian Assange, ha rechazado la noción de que recibió la información del gobierno ruso. El reporte resaltó que los emails pudieron llegar a través de intermediarios.
Nombramiento clave
Pero la línea de conducta del presidente electo sigue siendo difícil de definir, ya que al mismo tiempo que expresaba su deseo de trabajar con Moscú, anunciaba el nombramiento de Dan Coats en el estratégico cargo de director nacional de Inteligencia. Coats es objeto de sanciones por parte de las autoridades rusas.
Este exsenador de 73 años “dirigirá la vigilancia permanente de mi administración a quienes buscan perjudicarnos”, destacó Donald Trump. “Estoy seguro de que el senador Dan Coats es la elección correcta”.
Esta designación es un asunto muy sensible para el millonario líder populista, en plena polémica con los servicios de inteligencia estadounidenses a propósito de los ataques informáticos atribuidos a Rusia durante la elección presidencial estadounidense de noviembre último.
Trump ha manifestado públicamente su escepticismo sobre la injerencia rusa en los hackeos, en oposición a los organismos de inteligencia estadounidenses, que el viernes publicaron un informe en el que acusan directamente al presidente Vladimir Putin de haber ordenado operaciones de desinformación y de pirateo informático para ayudar a elegir al magnate inmobiliario y desprestigiar a su rival, Hillary Clinton.
El republicano volvió a la carga el sábado, siempre en Twitter, para denunciar “la grave negligencia” del Partido Demócrata, que, según él, permitió que le piratearan miles de mensajes electrónicos de altos dirigentes del partido.
Prohibido ingresar a Rusia
“Las informaciones indican muy claramente que no hay absolutamente ninguna prueba de que el pirateo haya influido en los resultados de la elección. ¡Las urnas electrónicas no se vieron afectadas!”, escribió asimismo Trump.
Intelligence stated very strongly there was absolutely no evidence that hacking affected the election results. Voting machines not touched!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) January 7, 2017
La designación de Dan Coats, senador republicano saliente por Indiana, como jefe del espionaje estadounidense debería tranquilizar a los que temen que el presidente electo sea demasiado débil con Rusia.
Dan Coats es uno de los seis senadores estadounidenses y de los tres altos funcionarios de la Casa Blanca a los que en 2014 Moscú les prohibió viajar a Rusia, en represalia por las sanciones aprobadas por Estados Unidos tras la invasión de Crimea.
En aquel momento el senador dijo que se sentía “honrado” de ser objeto de sanciones del Kremlin.
El director nacional de Inteligencia, cargo que fue creado tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, coordina la actividad de las 16 agencias de inteligencia estadounidenses, entre ellas la Agencia Central de Inteligencia (CIA), la policía federal de Estados Unidos (FBI) y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA).
James Clapper, quien ocupa el puesto desde 2010, advirtió veladamente al presidente electo contra la tentación de polemizar públicamente con sus servicios de inteligencia, después de que Trump ironizara sobre los analistas estadounidenses que se equivocaron sobre la existencia de armas de destrucción masiva en el Irak de Sadam Hussein.
Dan Coats, quien fue miembro de la comisión de Inteligencia del Senado, también fue embajador en Alemania entre 2001 y 2005, durante la administración de George W. Bush.