Al margen de los propios empleados en las redes, medios estadounidenses como el New York Times citaron fuentes internas de la compañía que confirmaron que muchos empleados han optado por abandonar y que la propia empresa está tratando de convencer a algunos de ellos para que no se marchen.
Según la información del Times, el propio Elon Musk y sus asesores más cercanos están reuniéndose con empleados a quienes consideran fundamentales para el funcionamiento de la empresa y pidiéndoles que no se marchen; sin embargo, el diario cifra en cientos los trabajadores que habrían comunicado ya a la empresa su partida.
“De: DM de Ingeniería a Elon Musk. Asunto: Adiós”, publicó un usuario en la red social que se identifica como ingeniero en Twitter y que tiene más de 34 mil seguidores.
Este es el resultado del ultimátum que Musk dio a sus empleados el pasado miércoles 16 de noviembre, en el que les ofreció elegir entre dos opciones: comprometerse a trabajar largas jornadas y de forma extremadamente dura o dejar la empresa con una indemnización de tres meses de sueldo.
Elon Musk envió un correo electrónico a la plantilla en el que anunció que para crear la Twitter 2.0 hará falta “trabajar muchas horas a alta intensidad” y que solo quienes ofrezcan un “desempeño excepcional” pasarán el corte.
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“Si estás seguro de que quieres ser parte de la nueva Twitter, por favor pulsa sí en el enlace de debajo”, señaló el mensaje, que añadió un enlace a un formulario que cada empleado puede rellenar.
En el mensaje, el nuevo dueño de Twitter adelantó además que la empresa va a estar a partir de ahora más enfocada hacia la ingeniería y que los programadores constituirán la mayor parte de la plantilla y tendrán la mayor influencia.
Musk ha acometido ya una importante reducción de la plantilla de la red social, donde pocos días después de hacerse con el control despidió a aproximadamente la mitad de los alrededor de 7 mil 500 empleados que tenía la empresa.
Durante los últimos días, el multimillonario también ha despedido a varios empleados que cuestionaron a través de la propia red social algunas de sus afirmaciones sobre el funcionamiento de Twitter.
El caótico desembarco de Musk en la compañía ha incluido además el anuncio, y posterior retirada, de nuevos servicios como la verificación de pago, que permite a cualquiera que pague 8 dólares al mes contar con el símbolo azul que hasta ahora identificaba a cuentas relevantes cuya identidad había sido confirmada.