La residencia se ubicaba en la ciudad de Kreminna. Según Serhi Gaidai, jefe de la administración cívico-militar en Lugansk, el tanque ruso arremetió “de manera cínica y deliberada”.
Otras 15 personas que sobrevivieron fueron secuestradas por militares rusos y fueron trasladados a la localidad de Svatove, según reportó el medio argentino Infobae.
Por su parte Ludmila Denisova, defensora del pueblo de derechos humanos informó que el hecho ocurrió el viernes 11 de marzo y lo calificó como un crimen contra la humanidad y un acto de genocidio.
Asimismo, solicitó a la Corte Penal Internacional que investigue este crimen de guerra y lesa humanidad por parte de la administración rusa para que las muertes no queden en la impunidad.
Desde el inicio de la guerra la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) contabiliza al menos 847 civiles muertos, entre quienes hay 64 niños.
Asimismo, otras 1 mil 399 personas han resultado heridas. Las víctimas han perecido en su mayoría en bombardeos y por ataques de sistema de cohetes de lanzamiento múltiple.