Las implicaciones del aviso son directas para Guatemala ante la posibilidad de que las personas de origen colombiano busquen ingresar al territorio por pasos ciegos en las fronteras, lo que llevó al Gobierno a reforzar sus fronteras.
Luego del ultimátum, las autoridades de El Salvador han dado a conocer que más de 200 colombianos han abandonado ese país.
Gustavo Villatoro, ministro de Justicia y Seguridad de El Salvador, aseguró que “más de 400 colombianos” estaban de manera irregular en esa nación, por lo que les dio un plazo de 72 horas para que salieran voluntariamente.
EN ESTE MOMENTO
Posteriormente, Villatoro reportó que en un periodo de tres días se calculaba que más de la mitad ya se habían marchado.
“En esas 72 horas nosotros identificamos, creo que, un poco más de 280 salidas de estos colombianos”, dijo Villatoro en una entrevista en un canal local.
Señaló que también se tiene el conocimiento que “otros (colombianos) pudieron salir del país por pasos no habilitados, buscando la zona de Guatemala, donde también está dicha organización delictiva”.
El tema sobre los “prestamistas colombianos” como se le conoce a las redes que se dedican a la entrega de préstamos ilegales, cobró mayor relevancia luego de que las autoridades salvadoreñas confirmaran la existencia en ese país de una supuesta organización “criminal”, integrada en su “mayoría colombianos”, dedicada a la estafa y al lavado de dinero.
Señaló que ya se han detenido a 110 personas ligadas a dicha estructura, aunque sin especificar cuándo fueron realizadas dichas capturas ni cuándo serán presentados a los tribunales.
Por su parte las autoridades migratorias de Guatemala informaron el martes 25 de julio, que durante 2023, se ha negado el ingreso a 795 colombianos por diferentes motivos.
Los motivos más recurrentes para no permitir su ingreso es que han presentado documentos falsos o enfrentan delitos como violación sexual.
La modalidad “gota a gota” que emplean este tipo de estructuras consiste en la entrega de préstamos “exprés” que luego, “cobradores” exigen de vuelta en cuotas con altos intereses.
En muchos de los casos, aunque los deudores hangan los pagos, incluso pueden llegar a exigirles más dinero y es la razón por la que las autoridades lo consideran como un método de “extorsión”.
Muchas de los deudores pueden llegar a ser víctimas de acoso, hostigamiento, extorsión e incluso, en el caso más extremo, que atenten contra su vida por parte de estos “prestamistas”.