Además, ha prohibido a los empleados “discutir información confidencial de la compañía en redes sociales, en la prensa y en ningún otro lugar”.
El jueves 3 de noviembre por la noche, algunos empleados dejaron de tener acceso a las cuentas corporativas de la empresa y a otras aplicaciones internas, sin haber recibido todavía cartas de despido, y tuitearon mensajes como “Vaya, parece que estoy despedido”, según publica The Wall Street Journal.
A primeras horas del viernes 4, todos los empleados de la sede de San Francisco recibieron un correo pidiéndoles no acudir al trabajo: “Nuestras oficinas van a estar temporalmente cerradas y las tarjetas de acceso suspendidas. Si estás en la oficina o camino de ella, por favor regresa a tu casa”.
El mensaje, que comienza con un genérico “Equipo” en el encabezamiento, no se anda por las ramas: “En un esfuerzo por poner Twitter en una trayectoria saludable, vamos a completar el difícil proceso de reducir nuestra fuerza laboral el viernes”.
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“Reconocemos -continúa- que esto va a impactar a un buen número de personas que han dado aportaciones valiosas, pero la acción es absolutamente necesaria para garantizar el éxito de la compañía para seguir adelante”.
El mensaje especifica que todos los empleados recibirán un mensaje notificándoles si siguen o no dentro de la empresa a lo largo de este 4 de noviembre.