Gravell no dio más detalles sobre el suceso pero informó de que, por protocolo, se ha puesto en alerta y bloqueado el acceso de todas las cárceles de este estado del noreste estadounidense.
“Estamos oyendo que tres o cinco guardias del correccional han sido tomados como rehenes y que los presos tienen el control del edificio”, dijo Geoff Klopp, presidente de la asociación de guardias penitenciarios del estado, al diario Delaware State News.
En los alrededores de la cárcel pueden verse decenas de coches de policía, ambulancias y helicópteros, según captaron las televisiones locales.
El centro penitenciario es el mayor de hombres en el estado y tiene una capacidad de 2.500 presos, según su página web.