La víctima mortal y los heridos ocurrieron en la explosión de la segunda bomba, que estaba oculta en una camioneta, y que fue detonada cuando personal de seguridad y transeúntes acudieron a comprobar los daños de la primera.
Una mujer que trabajaba en un puesto de comida delante del local murió a causa de las heridas en el hospital, donde también fueron evacuadas otras 17 personas.
Más de 6.500 personas han muerto desde que la insurgencia reanudó la lucha armada en enero de 2004 en las provincias de Pattani, Yala y Narathiwat.
Los atentados con armas ligeras, asesinatos y atentados con explosivos se repiten casi a diario en esta región a pesar del despliegue de unos 40.000 efectivos de las fuerzas de seguridad y la vigencia del estado de excepción.
Una ola de atentados con bomba en varios enclaves turísticos del sur del país que este mes causaron 4 muertos y una treintena de heridos, ha puesto el foco de atención sobre esta insurgencia, que aparece como principal sospechosa de la investigación policial.
Los insurgentes denuncian la discriminación que sufren por parte de la mayoría budista del país y exigen la creación de un Estado islámico que integre las tres provincias, que configuraron el antiguo sultanato de Pattani, anexionado por Tailandia hace un siglo.