“Texas ha demostrado que tiene posibilidades de éxito”, dijo.
De acuerdo con una de sus promesas de campaña, el demócrata Joe Biden firmó en su primer día en la Casa Blanca una moratoria sobre la deportación de inmigrantes indocumentados que llegaron a Estados Unidos antes del 1 de noviembre de 2020.
El ministro de Justicia de Texas, Ken Paxton, apeló de inmediato a los tribunales.
El martes, acogió con satisfacción una decisión judicial “que prioriza el respeto a la ley y la seguridad de los ciudadanos”.
Pero la poderosa organización de derechos civiles ACLU lo acusó de “querer evitar que el gobierno de Biden pase página” a las “políticas migratorias desastrosas” llevadas a cabo, según ésta, por su predecesor Donald Trump.
Esta batalla legal, que apenas está comenzando, probablemente presagia la amarga lucha que se avecina en torno a los problemas migratorios.
Biden adoptó el punto de vista opuesto al del gobierno republicano anterior el 20 de enero, cancelando las medidas más controvertidas adoptadas por Trump, incluido su muro propuesto en la frontera con México.
También envió un proyecto de ley al Congreso que podría conducir a la regularización de millones de inmigrantes indocumentados, lo que es demasiado para muchos de sus opositores.