Murió el viernes en una habitación de este hospital, donde pasó los últimos 47 años, informó la agencia de Prensa Dogan.
Las autoridades del establecimiento le permitieron quedarse porque “no tenía otro lugar adonde ir y se llevaba muy bien con el personal del hospital”, contaron los empleados.
Al final de cada una de sus hospitalizaciones, la administración lo readmitía automáticamente como un paciente nuevo, explicaron.
“Era como un miembro del hospital. Lo protegíamos porque tenía la tarjeta verde (una tarjeta emitida por la seguridad social turca para los más pobres). Pero no pudimos salvarlo cuando su estado empeoró”, dijo uno de los empleados del hospital.
La agencia Dogan publicó el martes una foto sin fecha del paciente más antiguo de este hospital público de Bursa, sentado en su cama, en pijama, con un médico a su lado.