El museo no presentará cargos y tampoco dio a conocer el nombre del hombre involucrado ni de la persona que lo acompañaba.
“Al publicar el video no tratamos avergonzar a nadie”, afirmó Poirier. “No queremos que se sientan mal o perseguidos como consecuencia de ello. Queremos utilizarlo para educar: cuando vayas a un museo, sigue las reglas del juego”.
El reloj fue hecho por un artista de Minnesota y el relojero James Borden, y estuvo colgado en el museo por más de 20 años. Su diseño ganó un premio nacional en 1994.
Poirier no dijo cuánto valía el reloj y aunque se dañó por la caída podrá reparase Borden aceptó repararlo, “así que no es el fin del mundo”, comentó Poirier el jueves.
El reloj no siempre funciona debido a su diseño, es más una escultura que un reloj, pero Poirier está feliz de poner el dispositivo en marcha si se lo piden.
Aunque el museo cuenta con una exposición que puede tocarse, los relojes están claramente etiquetados, dijo Poirier.
“Tenemos más problemas con los adultos que con los niños”, afirmó. “Los adultos parecen sentir un poco más de derecho a tocar las cosas”.