Además, el puente que conecta el recinto con la costa de Osaka tuvo que ser cerrado ante las condiciones meteorológicas extremas, aunque hoy ha sido reabierto parcialmente para facilitar la evacuación de los pasajeros.
El tifón, el más fuerte en tocar tierra en Japón en 25 años, y que deja unos 10 muertos, golpeó con violencia la mitad occidental del país asiático el martes dejando a su paso precipitaciones torrenciales, desbordamientos de ríos y vientos huracanados que superaron los 210 kilómetros por hora, según la Agencia Meteorológica (JMA).
Al menos siete personas han muerto y otras 200 han resultado heridas, según datos de las autoridades locales recopilados por la agencia Kyodo, en accidentes causados por las rachas de viento como caídas o al ser golpeados por objetos que resultaron proyectados.
Japón suele sufrir los embates de los tifones en verano, pero este año ha sido particularmente difícil.
Hace un mes y medio, unas lluvias sin precedentes provocaron inundaciones inéditas y corrimientos de tierra que se cobraron la vida de 220 personas.
Y una sofocante ola de calor húmedo golpeó a Japón en julio, dejando 119 muertos y obligando a hospitalizar a 49 mil personas.
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