“Están en un estado terrible, no han comidos, no han bebido, los niños se resfriaron”, explicó Al Dbis.
El director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abdel Rahman, señaló que Rusia y de Turquía habían empujado a Damasco a autorizar la salida de ese convoy, llegado al último de los controles del régimen.
Los pasajeros se negaban a regresar al punto de partida, subrayó.
La evacuación de insurgentes y civiles de Alepo debía producirse en sincronización con operaciones similares en las localidades chiitas prorrégimen de Fua y Kafraya, asediadas por los rebeldes, pero el domingo una veintena de autobuses que debían salir de esas dos ciudades fueron atacados por hombres armados y uno de los conductores murió, según el Observatorio.
Luego de la evacuación de último minuto de estas 350 personas de Alepo, “cinco autobuses podrían salir de Fua y Kafraya, pero es necesario encontrar una ruta para permitir que pasen” garantizando su seguridad, subrayó Abdel Rahman.