Uno de los custodios que estaba de turno la noche del 11 de julio de 2015, el día de la fuga, recordó que los turnos tendían a ser monótonos y hasta aburridos, “nunca pasaba nada”, pero esa tranquilidad fue arrebatada de tajo.
Otro de los guardias comenta que la estrategia de Guzmán fue esperar uno de los momentos en que la mayoría de guardias, de alguna manera, estaban menos atentos: la hora de la cena.
Ya que la “operación fuga” del narco, según la evidencia, se ejecutó a las 21 horas, justamente cuando los custodios se encontraban en el momento de la cena.
Tras una ronda uno de los agentes se percató que la celda estaba vacía, de inmediato alertó al penal y comenzaron las acciones de búsqueda. En las frecuencias solo se escuchaba la alerta “código rojo”.
Uno de los agentes explicó que el famoso “código rojo” es una clave que utiliza exclusivamente la policía federal, la cual advierte cuando una persona escapa de la cárcel.
A la brevedad custodios e investigadores encontraron el túnel en la celda del Chapo, estaba en el área donde tenía su baño y conectaba a aproximadamente un kilómetro y medio fuera del penal.
Los guardias remarcan que la pasividad de los turnos fue sacudida por la impresionante fuga del narco, que tiempo después fue detenido y actualmente guarda prisión en una cárcel de máxima seguridad de Estados Unidos.