El experimento muestra que “una misión a Marte en el futuro cercano es realista”, dijo el astrobiólogo francés Cyprien Verseux en una entrevista realizada por los organizadores en Periscope y colgada en Twitter.
“Los problemas técnicos y psicológicos pueden ser superados”, indicó.
Imágenes del equipo saliendo del domo los muestra algo desconcertados mientras se reúnen con visitantes y posan para selfies. Los organizadores les dieron frutas y vegetales frescos.
Lo más desafiante del experimento fue la monotonía: “siempre estábamos en el mismo lugar, siempre con las mismas personas”, dijo Verseux, que aconseja “traer libros” a los voluntarios para un nuevo experimento.
El estadounidense Tristan Bassingthwaighte, otro integrante de la misión, se mostró de acuerdo y urgió a los futuros participantes a traer “cantidad de libros” .
Bailando salsa
Bassingthwaighte dijo que se abocaron a hobbies, como bailar salsa y tocar el ukelele, para matar el aburrimiento.
Los voluntarios, que tuvieron un un acceso limitado a internet, solo podían salir afuera vestidos con trajes espaciales, y Bassingthwaighte dijo que en sus excursiones removían la abundante basura de los flancos del volcán.
Christiane Heinicke, de Alemania, dijo que su mayor experiencia fue extraer agua del terreno -la composición mineral del suelo volcánico del Mauna Loa es muy similar a la de Marte.
“De hecho se puede extraer agua de un terreno aparentemente seco” , dijo a los organizadores en un video también en Periscope. “Ello implica que se podría extraer agua del suelo de Marte” .
El equipo también incluyó a un piloto, a un médico/periodista y a un científico especializado en suelos.
Los tres hombres y tres mujeres pasaron su año completo en el domo -al que ingresaron el 28 de agosto de 2015-, donde poseían pequeños dormitorios con espacio para un catre y un escritorio, y pasaron sus días comiendo queso en polvo y atún en lata.
Los baños contaban con inodoros de compostaje (sanitarios secos que utilizan un sistema aeróbico de tratamiento) y duchas que funcionaban por energía solar.
La Nasa está en condiciones de enviar en ocho meses un robot al planeta rojo, pero los astronautas que viajen a Marte enfrentan un viaje que demora entre uno y tres años.
Por ello, la agencia espacial estadounidense estudia estos escenarios de aislamiento prolongado en el marco del programa Analogía y Simulación de Exploración Espacial en Hawái (HI-SEAS, en inglés) , antes de enviar una misión tripulada a Marte, algo que espera ocurra en la década del 2030.