La amenaza, sin embargo, no pareció amilanar a un Trump que, además, se jactó de que, a diferencia del armamento nuclear de Pionyang, el de Estados Unidos “¡funciona!”.
Este cruce de declaraciones se produce el mismo día en que Estados Unidos ha anunciado la posibilidad de impulsar nuevas sanciones a Corea del Norte, a pesar de que Corea del Sur ha propuesto a Pionyang la celebración de una reunión de alto nivel, que tendría lugar el próximo 9 de enero.
Este encuentro, que aún debe ser aceptado por Kim Jong-Un, sería el primero de este tipo en más de dos años entre los países vecinos y llegaría en un momento de especial tensión en la península Coreana por el intenso desarrollo armamentístico de Pionyang.
Los constantes ensayos nucleares realizados por el régimen de Pionyang en los últimos meses han llevado a Naciones Unidas a adoptar una serie de sanciones económicas.
Sin embargo, desde Washington la respuesta viene siendo más ambigua, puesto que si bien el Departamento de Estado no duda en apostar por la diplomacia para encontrar una salida al conflicto, desde la Casa Blanca el presidente Trump no descarta la vía militar.