Spicer detalló que la niña aprovechaba la afluencia de personas, pues en ese lugar se llevaba a cabo el festival de música Lovebox; sin embargo, quedó sorprendida y se puso a llorar cuando los agentes le hablaron en términos legales.
Autoridades locales indicaron que lamentan lo sucedido y cancelarán la multa, debido al poco sentido común de los agentes policiales que la impusieron, a pesar de que las normas establecen un pago de 75 libras esterlinas para las ventas en la calle.