El pequeño tendrá que tomar inmunodepresores durante toda su vida y observar una dieta balanceada.
La mitad del hígado que fue donado por su madre, Jackeline de Haider, fue reducido a una cuarta parte, ya que era muy grande para ser colocado en el cuerpo del pequeño.
El niño padecía atresia biliar, una obstrucción de las vías biliares, que hacen que la bilis se acumule en el hígado y cause ictericia.
La Embajada de Taiwán en Guatemala gestionó su operación en aquél país, de manera gratuita.
El vicepresidente del Consejo de Administración de Prensa Libre, Mario Antonio Sandoval, dijo que la operación significó “el triunfo de la vida sobre la muerte” y fue “una alianza de amor”.