Acaparadores del poder
La parte esencial ha sido reconocer con quienes generar esas concertación es, siendo conscientes de la diferenciación de roles y capacidades.
Ahora bien, en nuestro mundo guatemalteco, donde el desarrollo político no es un signo que nos diferencie para nada, hemos involucionado en cuanto a generar alianzas. Se trata ahora de consolidar la lógica del acaparamiento de funciones en una sola persona. Así, se ven diputados que al mismo tiempo siguen ejerciendo sus profesiones liberales en forma directa o a través de prestanombres.
No conformes con esa duplicidad, varios de ellos son contratistas de obras públicas, se enriquecen con los negocios estatales, controlan territorios siendo caudillos locales para dominar a alcaldes y concejos municipales y más recientemente se ha involucrado en otras tareas, como ejercer al mismo tiempo rectorías de universidades. La bastedad es signo de degradación. No basta con ejercer una función que de por sí trae ventajas, ahora hay que ir por más. Jueces y magistrados que continúan como docentes universitarios, no con la finalidad de trasladar el pan del saber, sino para mantener su plaza en la Usac, ser elector en próximos procesos, mantener un pie metido en la puerta de instituciones que están metidas en la jugada de otras posibilidades para preservar espacios de decisión, o bien moverse hacia mejores oportunidades. Nunca más pertinente la frase “hay que tener los huevos en varios canastos”.
El imaginario que se cree hacia el resto de la sociedad es nefasto: si unos pueden, ¿por qué yo no? De esa manera, pululan negociantes que tienen las manos metidas en todo lo que genere posibilidades de enriquecimiento, sea lícito, opaco u oscuro; se interesan por hacer pactos con quien sea, con todo lo que se mueva. Eso ha hecho que renazca el oficio del falso vendedor de promesas, del tranza.
Los falsos halagos, esa idea de muchos guatemaltecos por elevar los bonos de los mediocres en lugar de premiar y reconocer los méritos, así como la desvalorización del conocimiento terminan siendo la principal vitamina que alimenta a los acaparadores del poder, quienes no tienen interés en saciar su permanente hambre. Contribuimos a pervertir cotidianamente los procesos para la toma de decisión. Nos encanta el juego de la adulación, sea por convencimiento u oportunismo; sin tomar en cuenta que es un encantamiento de sirenas que arrastra una factura impagable, un inmenso costo social y un drama constante para quienes siguen esperando respuestas que no llegarán.
renzolautaro.rosal@gmail.com