Alessandro
Una enfermedad maligna que ataca su médula ósea.
La leucemia no tiene una única causa. Su nombre significa sangre blanca, por el aumento desenfrenado de glóbulos blancos en la sangre. Ataca inmisericorde a los niños. Cuatro de cada cien mil alrededor del mundo padecen este mal. La leucemia puede ocurrir espontáneamente, como le sucedió a Alessandro un 26 de julio de 2009. Puede ocurrir por exposición a radiación o por factores hereditarios. Algunos casos en adultos son resultado de consumo de tabaco, aplicación de petroquímicos para tintes de cabello, o virus. Hay casos de transmisión maternofetal.
Alessandro, pese a las penurias económicas que todos pasamos, cuenta con el apoyo de sus padres, que junto a la Unidad Nacional de Oncología Pediátrica (Unop) han hecho enormes esfuerzos por revertir los procesos de los efectos malignos en su médula ósea.
Las fundaciones, asociaciones de apoyo a los padres, a sus hijos, como Unop, la Fundación Margarita Tejada y otras surgen de casos concretos como el de Alessandro. Recuerdo bien en mi memoria el caso de Margarita Tejada. Las enormes catástrofes económicas mundiales se dejan sentir en Guatemala y los efectos a largo plazo apenas comienzan. Esto afecta a familias, como la de Alessandro, que más allá de las penurias diarias tienen que enfrentar a un silencioso enemigo, el cáncer infantil.
Como dije, el cáncer de Alessandro fue detectado un 26 de julio. El 8 de agosto de ese mismo año la fundación Unop comenzó a apoyar significativamente a la familia. A la fecha, los tratamientos para su recuperación han sido exitosos.
A veces, cuando se nos acercan en las calles, en los lugares públicos, personas altruistas, para solicitarnos la compra de un bono de apoyo para erradicar este tipo de violencia, nos olvidamos de lo vulnerables que somos. Estamos envueltos en una burbuja mágica y creemos que los problemas son de los otros y no nuestros. Tarde o temprano el silencioso enemigo rompe esa pompa de cristal y nos convierte en vulnerables ante la adversidad.
Mi mensaje de Navidad este año es sencillo: busquemos siempre el bienestar de aquellos a los que el infortunio ha borrado de sus rostros la sonrisa de la pascua de Navidad. Procuremos hacer más llevadera la vida de los menos afortunados. No ostentemos riquezas en las calles, sino procuremos colocarnos en los zapatos de los demás. A veces que los ricos parezcan pobres y los pobres parezcan ricos parece un absurdo. Sin embargo se convierte en la más noble de las causas cuando el mensaje de adviento es un mensaje de fraternidad y no de confrontación.
Deseo sinceramente que al igual que doña Lucy y don Érick, padres de Alessandro y de Éricka, Joseph y Ángela, sus hermanos, esta Navidad sea una fuente de fortaleza al lado de todos aquellos que luchan porque la familia permanezca unida, haciendo frente al infortunio y que todos aquellos a los que la fatalidad no ha tocado aun a sus puertas sean solidarios para gozar del mejor valor de la Nochebuena.