Sabemos que el presidente electo en estos momentos se encuentra sujeto a presiones de todos lados y lógicamente entre los más activos están los tagarotes de siempre. Viejos políticos, mañosos que quieren colarse, y por supuesto los grupos de izquierda que no hay modo que den una; sin embargo, cual raíces rastreras, han ido penetrando en los gobiernos, tanto de civiles como de militares. El presidente Morales no debe pretender gobernar con los que el derrotó, pues es a esos los que el pueblo no quiere y su inclusión en el gobierno sacaría de nuevo a la gente a la Plaza Central. Por ejemplo, los grupos de izquierda ya han propuesto candidatos, aduciendo que el gobierno debe ser pluralista y no sería raro que prometieran sumarse a políticas desarrollistas, pero eso no será así, serían alacranes dentro de la camisa y aquí quiero citar a un mexicano connotado, Premio Nobel de Literatura, el insigne Octavio Paz, quien asevera: “Si existe un sector reaccionario en América Latina, es la izquierda. Esta gente no tiene memoria. No he escuchado ninguno de ellos decir que se equivocó. El marxismo se ha convertido en un vicio intelectual, es la superstición del siglo”.

Estemos claros: el pueblo se lanzó a las urnas para salir de lo tradicional. En primer lugar, allí se fueron Líder, UNE, PP, y otros; en segundo lugar, corroboró por mucho su rechazo a todas las formas e ideologías de izquierda de manera contundente, por lo que su inclusión en el gobierno y el mantener a ciertos incrustados será, sin duda, rechazado por la población.

Otros grupos que querrán “colarse “ serán esas oenegés que actúan afuera de la ley y se oponen a proyectos de inversión y/o actividades productivas y comerciales que empresas formales desarrollan en el campo de la Minería (metálica y no metálica); hidroeléctricas, construcción de carreteras, tendido de líneas de transmisión de electricidad, así como el robo descarado de energía eléctrica, bloqueo al acceso y comercialización de alimentos y bebidas, etcétera; sin olvidar a esos sindicatos nefastos que tiene la educación y la salud pasando por su peor crisis, pero tiene sus políticos de apoyo, que estarán viendo si agarran hueso y muchas veces cuesta identificarlos.

Tuve la oportunidad de conocer a ciertos jóvenes profesionales de impecable trayectoria en el sector empresarial, que apoyaron el proyecto de FCN-Nación y creo que es allí donde debería de seleccionar a los miembros de su gabinete; lo cuestionaran porque son desconocidos, porque no tiene experiencia en el Estado, pero si recurre a los que fabricaron la miseria existente estamos para atrás. Pues el estatismo, el populismo y el clientelismo deben ser erradicados para que este país despegue y abandone esa inercia de reposo que tiene aletargada la economía, ergo, la generación de empleos de calidad por medio de la inversión.

La condición del gobierno en el tema financiero será muy complicada y no será con demagogos populistas que se va a salir adelante. Aquí se necesita de un equipo con suficientes ideas creativas y una honestidad irreprochable, y eso no lo encontrará ni en los políticos y partidos que tradicionalmente han dominado Ejecutivo y Legislativo, sus políticas ya se vio que nunca funcionaron. La izquierda, ni se diga.

El señor presidente debe confiar en su criterio; no está demás que oiga recomendaciones, pero estaría mal que acepte imposiciones porque ya en este país, solo porque a una activista de derechos humanos no le parece tal o cual, en actitud pusilánime y sumisa se le destituye, en estos temas hay que ser enérgico.

Aló, señor presidente electo.