Cómo arrancar el 2013
Que piensen en ellos y su entorno es natural, pero esencialmente en el alcance colectivo de sus acciones.
El 2013 arrancará con todo vapor; desde ya se visualizan numerosos focos de tensiones, algunos con posibilidades de convertirse fácilmente en núcleos de conflictividad. Administrar esas situaciones no será fácil, menos aun cuando el 2012 cierra con las primeras muestras de debilitamiento de la fracción parlamentaria del oficialismo y una oposición que se prepara con todo, incluida una buena chequera dispuesta a comprar a todo aquel interesado en serruchar el piso y venderse al mejor postor.
Enero próximo será, para el Gobierno, el mes de la contención de los factores que buscan ciertos objetivos políticos: a) retomar la extensa agenda de pendientes, expresada en la acumulación de temas a medias y las expresiones violentas de estos últimos días; b) enfrentar la estrategia de desgaste del Gobierno, a costa del aumento del volumen de las acciones de la oposición; c) solucionar, y no solo paliar, la ola de protestas que se verán al nomás iniciar el mes; d) contrarrestar a quienes impedirán toda acción que pretenda sacar la cabeza fuera del agua, para ahogar, estancar y presionar para que el 2013 sea solamente para atender contingencias. O se aprovecha ese arranque para corregir posturas, visiones, alcances de las decisiones, integrantes del equipo y las estrategias para el manejo de las situaciones de agobio en ascenso, o nos tendremos que preparar para que prevalezca más de lo mismo, más angustias y menos opciones para pensar en algo más que no sea administrar crisis repetitivas.
“Poner a prueba” es la frase que mejor recoge lo que veremos durante el 2013, que aplica no solo a los que toman decisiones políticas, sino a la totalidad de quienes formamos parte de este bello y lastimado país. Poner a prueba la paciencia, la posibilidad de llegar a acuerdos, a la tolerancia, el manejo de las distancias y diferencias que en ocasiones parecen irreconciliables, los mecanismos de relacionamiento con las autoridades; en síntesis, de todo aquello que nos sirva para mantenernos a flote y posibilite vivir bajo mínimas condiciones de dignidad.
O la maquinaria entra a todo vapor para enfrentar la lista interminable de desafíos bajo un ejercicio de gerenciamiento pertinente, o poco de fructífero tendremos por delante; solamente confiados en que prevalezcan las estrategias de sobrevivencia y emprendimiento de unos, y las artimañas, los negocios oscuros y los aprovechamientos de otros para provocar cierta dinámica en el año que está por iniciar.