EDITORIAL

Cambio de estrategia ante un nuevo fracaso

Queda claro que Estados Unidos ha perdido la brújula sobre el fortalecimiento de la gobernanza en Centroamérica y que lo que para ellos son asuntos prioritarios han desembocado en un debilitamiento de la institucionalidad y de escaso estímulo para el desarrollo de millones de centroamericanos, principalmente de Honduras, El Salvador, Guatemala y Nicaragua.

El primer gran error de la diplomacia y la burocracia estadounidense es asignar millonarios recursos para los países del Triángulo Norte con el principal objetivo de fortalecer la seguridad y el combate del narcotráfico y las pandillas, dos de las causas que encajan en las preocupaciones de seguridad para la potencia del norte, pero que contribuyen poco a generar prosperidad.

En contraste, poco se hizo por el fortalecimiento de las instituciones, el proceso de democratización y generar desarrollo sin demagogia para los millones de centroamericanos que, finalmente, al abandonar en forma masiva sus países, pusieron en evidencia el fracaso de las políticas locales y exteriores para retener a sus pobladores.

La migración masiva del último mes se convirtió en la luz de alarma de que las cosas no estaban funcionando como los burócratas de Washington esperaban, y eso asustó a muchos y sirvió de pretexto para los políticos, y poco se dijo sobre las causas del inconcebible éxodo, que es el retrato de la desesperación de quienes buscan otro modelo de vida.

Ahora, Estados Unidos ha reconocido que muchos de los programas de asistencia implementados en los últimos 10 años han fracasado y que ha llegado el momento de buscar la orientación de la ayuda para Centroamérica, ante el evidente fracaso de los gobiernos del Triángulo Norte a la hora de combatir uno de los problemas que angustian a los políticos estadounidenses, lo cual también se traducirá en recortes en la asistencia financiera.

El pasado jueves, Mauricio Claver-Corono, asesor del presidente Donald Trump y director para asuntos del hemisferio occidental del Consejo de Seguridad Nacional, declaró a periodistas que, una vez más, Estados Unidos debe buscar la forma de ser más efectivo en cómo ayudar a estos países, porque hasta ahora el reparto de cheques a oenegés y a los gobiernos no ha funcionado.

Agregó que en una nueva óptica debería contemplarse involucrar al sector privado para generar oportunidades de desarrollo. Es claro que esta es una primera aproximación a la implementación de una nueva estrategia, aunque también es obvio que se ha quedado corto, porque el involucramiento de empresarios debe ser mucho más abarcador, donde se incluya a inversionistas extranjeros para darle un nuevo impulso al desarrollo regional.

Para ello también es imprescindible entender que la implementación de cualquier nueva estrategia para la estabilización y el desarrollo de la región deberá incluir mayores inversiones en el área, pero todo esto pasa inevitablemente por el fortalecimiento de las instituciones, única vía para apuntalar la democracia, socavada por la corrupción, la inmoralidad, el abuso de poder y la falta de certeza jurídica, piedra angular de cualquier emprendimiento.

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