IDEAS

Caravana 2.0

La primera caravana sigue su camino por México hacia Estados Unidos, la mayoría de sus miembros sin enterarse de todo el revuelo político internacional que se ha formado alrededor de su travesía. No se han siquiera acercado a Estados Unidos y ya han fomentado nuevas caravanas. Ya la segunda está atravesando Guatemala y se anunció una nueva que saldrá de El Salvador la semana entrante. ¿Se consolidarán las caravanas como la nueva etapa de la emigración hacia Estados Unidos?

Ya ha quedado claro, de acuerdo a investigaciones periodísticas, pero también de los sistemas de inteligencia regionales, que la convocatoria original para la primera caravana fue realizada por grupos opositores al presidente hondureño, con el supuesto fin de ocasionarle problemas de “imagen”. Pero ni siquiera ellos mismos se imaginaron las consecuencias de sus acciones. Ellos esperaban motivar a unas mil personas a realizar la caravana. Nunca imaginaron que al final la caravana tendría alrededor de siete mil miembros. Tampoco se imaginaron, ni en la peor de sus pesadillas, que su iniciativa terminaría siendo utilizada por Donald Trump como herramienta electoral. Nunca mejor dicho que “nadie sabe para quién trabaja”.

Trump se ha aprovechado del revuelo alrededor de la caravana para tratar de disuadir a los votantes de apoyar a los demócratas en las elecciones de mitad de período, dentro de dos semanas. Los demócratas no han logrado articular un buen contraataque en este tema —por lo menos hasta que aparecieron las bombas—, por lo que la estrategia podría darle resultados a Trump. Según una encuesta reciente de NBC/Wall Street Journal, la ventaja de los demócratas se ha reducido y Trump está en su nivel más alto de aprobación —47 por ciento— de todo su mandato.

Es en este contexto, en el de las elecciones, que hay que ver las amenazas de Trump con relación al apoyo a los gobiernos del triángulo norte. Yo no soy partidario de la “ayuda extranjera”, por lo que no veo eso como una amenaza, sino como una oportunidad, pero siendo realistas, es una promesa que Trump de seguro no cumplirá. No hay que dejarse llevar por los dimes y diretes de los políticos en Estados Unidos: no somos el público objetivo, solo la excusa.

Ni siquiera creo que vaya a “cerrar” la frontera con el ejército, como amenazó.

Lo que sí creo que puede ser un problema para las caravanas son las redes criminales transfronterizas: son los coyotes quienes más tienen que perder con las caravanas. Cada persona que logre llegar a Estados Unidos en una caravana la verán como un ingreso perdido de por lo menos US$5,000. Pero el trasfondo es todavía mayor. Si los de la primera caravana son exitosos y logran llegar sin el “apoyo” de los coyotes, el precio de sus servicios se desplomaría porque más y más personas recurrirían a viajar en caravanas, como ya lo estamos viendo en la segunda y tercera caravanas —repito, sin que la primera se haya acercado siquiera a Estados Unidos—. De ahí que temo que sean ellos quienes intenten evitar que la caravana llegue a Estados Unidos, más que las autoridades mexicanas o estadounidenses.

Las elecciones en Estados Unidos son en 11 días. Si siguen a pie, aun por la ruta más corta, la primera caravana tardaría por lo menos 25 días en llegar a la frontera más cercana, por lo que no creo que el arrebato de Trump sea peligroso para los migrantes. La preocupación principal para los migrantes debe ser protegerse de la reacción de las redes criminales. Esperemos que nada les suceda en el camino, aunque eso al final nos convertirá en el territorio de paso para quién sabe cuántas caravanas.

Fb/jjliber

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