A CONTRALUZ

Celebración literaria

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La inauguración de una feria de libros debería ser una ocasión para celebrar porque es una de las pocas oportunidades en que el pensamiento fluye en su máxima expresión, sin ataduras ideológicas o dogmas de cualquier tipo. En esta Guatemala nuestra que tanto nos duele abundan los asesinatos, las extorsiones, los políticos que creen que la búsqueda del poder es para amasar fortunas malhabidas y los que atacan a quienes luchan contra la impunidad y la corrupción, por eso bien vale la pena darse un respiro literario. Mañana jueves se abrirá la 14 Feria Internacional del Libro (Filgua), una ocasión para participar en la fiesta de las ideas sin límites. Sobre todo ahora que la falta de lectura pareciera ser un signo que marca a las nuevas generaciones.

¿Por qué es importante la lectura? Leer ejercita el cerebro. La gente presta mucha atención al fitness, ese anglicismo referente a la salud física para lograr un estado de bienestar corporal. Los clasemedieros gastan cualquier cantidad para ir al gym, pero se olvidan del bienestar de la mente. ¡Ay, leer, qué hueva! No comprenden que el cerebro requiere ejercicio constante para evitar el deterioro cognitivo, entendido como problemas de memoria, falta de atención, carencia de comprensión y pérdida de velocidad en el procesamiento de información. En la tercera edad es comprensible esta situación, pero no en las nuevas generaciones. La lectura permite la concentración, alimenta la imaginación y revoluciona el cerebro. El filósofo Ángel Gabilondo (2012) expresa: “La lectura crea, recrea y transforma. Una buena selección de libros es como una buena selección de alimentos: nutre”. Según Yaiza Saiz (2012), mientras usted lee, el hemisferio izquierdo de su cerebro trabaja a alta velocidad para activar diferentes áreas y su corteza inferotemporal —especializada en detectar palabras escritas— se activa y transmite la información a otras regiones cerebrales para el desarrollo intelectual pleno. Una maravilla.

Lástima grande que la situación de la lectura en el país deje mucho que desear, pues revela nuestro subdesarrollo. Según el Consejo de Lectura de Guatemala, solo una persona lee por placer, mientras que el 99% no lo hace o lo hace por obligación. En el 2014, el Ministerio de Educación hizo un estudio entre 171 mil 993 graduandos para conocer cuántos libros completos habían leído por placer o interés personal en el último año. Los resultados arrojaron que el 54% no leyó más de dos libros al año. Los departamentos que reportaron el mayor porcentaje de estudiantes con bajo nivel de lectura fueron Guatemala, Quetzaltenango, San Marcos, Huehuetenango y Escuintla. El 15% señaló que solo leyó textos de los cursos, o sea ninguno por interés personal. Según el estudio, cinco mil 861 estudiantes capitalinos dijeron que no leyeron nada. La sorpresa la dio Sololá, donde los estudiantes dijeron que habían leído más de seis libros al año.

Por eso es tan importante fomentar la lectura por medio de actividades abiertas al público como las ferias del libro. Desafortunadamente algunos burócratas cierran esas puertas. Ese fue el caso de la alcaldesa de Antigua Guatemala, Susana Asensio, que no autorizó la 34 Feria Departamental del Libro en el parque central de esa ciudad, con el argumento pueril de que existe una política para prohibir ventas en ese lugar. Ya había hecho eso antes con los pobres vendedores de helados en carretilla. Acciones negativas como las de Asensio y el concejo antigüeño demuestran su ignorancia y solo contribuyen a ampliar nuestro subdesarrollo cultural y literario. Corramos ese telón nefasto y demos paso a la Filgua que se inaugura mañana en el Foro Majadas. Lleve a sus hijos para que comiencen a explorar un mundo de magia, color y creatividad de ideas.

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