Después de más de cuatro años de denuncias legales, idas y venidas ante los tribunales de justicia e instancias superiores, el Colegio de Arquitectos de Guatemala vuelve a la calma con la esperanza de retomar el importante papel que la ley le confiere.

La arquitectura en nuestro medio no es novedad. La civilización Maya dejó testimonio de su desarrollo cultural, para nuestro caso, representado por ciudades, palacios y templos ricamente decorados; calzadas, patios para el juego de pelota y plazas complementadas con marcadores y estelas, como monumentos conmemorativos a hechos y personajes. De la arquitectura doméstica subsiste el rancho como solución atemporal, de óptimas características.

Del período colonial hay vestigios que cada día desaparecen pese a la existencia de una ley de conservación minimizada por la vorágine del comercio, ausencia de planificación, desconocimiento y desprecio de su valor como fuente de identidad cultural.

En ambas etapas hubo arquitectos a cargo, reconocidos por el manejo de los materiales y sistemas constructivos, es decir, maestros de la construcción que alcanzaron el dominio de su arte. La formación profesional universitaria tuvo lugar más tarde. A fines del S. XIX, debido al auge económico derivado del cultivo del café, vinieron de Europa arquitectos, pintores y escultores. En la primera mitad del S. XX algunos guatemaltecos estudiaron en Francia, España, México y Estados Unidos. Pero fue con el regreso de Roberto Aycinena, Carlos Haeussler y Jorge Montes, que en 1958 se fundó la primera Facultad de Arquitectura en Centro América.

Aquel pequeño grupo se congregó en la Sociedad de Arquitectos. Cuando su número creció, fue creado el Colegio de Arquitectos según los Estatutos de la USAC. Hoy somos más de 5,300.

A lo largo de los últimos años fueron públicos los vaivenes del Colegio, a los que la mayoría no prestamos la debida atención dados sus claros índices de complejidad; hubo incluso frustradas elecciones que retardaron el cambio de autoridades. Durante el pasado mes de octubre se convocó a elecciones a las que se presentaron 4 planillas: Evolución, Proyecto A, Concepto y Espacio Creativo. En la primera vuelta participaron 711 colegas. En la segunda, 3 planillas y 629 colegiados, habiendo ganado el Grupo Evolución liderado por el arquitecto Haroldo Melgar Osorio.

Habiendo transcurrido más de un mes de ese resultado sin que se convocara al acto de cambio de autoridades, el Presidente electo con el apoyo de la Asamblea General de Presidentes de los colegios profesionales y la debida asesoría legal, convocó a la toma de posesión para el día 14 de noviembre.

Quienes atendimos la convocatoria a elecciones representamos el 12.5% de los agremiados. Sin embargo, el Grupo Evolución obtuvo más votos que los otros dos juntos, lo que legitima su triunfo por una importante mayoría de quienes manifestamos interés; condición suficiente para estimular a la mayoría apática a sumarse al esfuerzo por recuperar el espacio profesional que corresponde al Colegio para servir a nuestro país.