Antes de la invasión a Ucrania por el ejército ruso, fuimos todos testigos de un gran esfuerzo diplomático previo para evitar el conflicto, muy similar al que realizaron los primeros ministros de Inglaterra y Francia en 1938 para evitar que Hitler invadiera Checoslovaquia. En ese tiempo y a pesar de los acuerdos en la Conferencia de Múnich, la diplomacia falló y finalmente se desencadenó la invasión de Alemania a Polonia que inició la Segunda Guerra Mundial. Hoy, igual que en ese entonces, la diplomacia ha fallado y Rusia ha invadido a Ucrania.

Se habla de que el armamento ruso puede incluir armas termobáricas o bombas de vacío. El horror de estas armas es que, antes de detonar, succionan el aire y así intensifican el efecto de su explosión. Todo esto nos hace recordar un evento para el cual la mayoría de nosotros era aún muy joven o no había nacido: la Crisis de los Misiles de Cuba de 1962.

En ese año, el recién elegido presidente de los EE. UU. John F. Kennedy se enfrenta al líder soviético Nikita Khrushchev. En ese entonces, los EE. UU. habían instalado misiles balísticos en Turquía y en Italia. Además, había apoyado un fallido intento de invasión a Cuba en la Bahía de Cochinos. En vista de lo anterior, la URSS acepta la solicitud de Fidel Castro de colocar misiles balísticos en la isla, a solo 140 km de la Florida, para disuadir cualquier otro intento de invasión. El mundo contiene la respiración, ya que un enfrentamiento de esta envergadura entre las dos superpotencias puede degenerar en una guerra nuclear con aterradoras consecuencias. El presidente Kennedy ordena una cuarentena naval a Cuba, en donde todo barco será inspeccionado y si contiene material nuclear o balístico deberá retornar a su punto de origen. Por un mes, el mundo vive pendiente de las noticias, sin saber si hay un mañana. Finalmente, luego de tensas negociaciones, ambas partes logran un acuerdo y los soviéticos proceden a desmantelar todas sus instalaciones de misiles en Cuba y retiran sus bombarderos. El mundo respira y celebra la gran victoria de los EE. UU sobre la URSS.

Sin embargo, tras bambalinas, EE. UU. se ve forzado a desmantelar también sus misiles de Turquía y posiblemente los de Italia. Adicionalmente, se ve obligado a garantizar la soberanía del régimen cubano y que nunca intentará una invasión a Cuba. En realidad… ¿quién fue el verdadero vencedor en la crisis de los misiles de Cuba de 1962? Muchos creen que fue la Unión Soviética.

Hoy se vive una situación similar en Ucrania, en donde se mencionan las armas termobáricas e incluso se reporta que el presidente Putin ha puesto su armamento nuclear en alerta. Podría ser que Rusia tiene todo bien calculado y nuevamente los EE. UU. solo estén prestándose a su juego. Por otro lado, las negociaciones que se están llevando podrían ser una indicación de que la invasión a Ucrania no está saliendo como Rusia lo planificó.

El resultado es otra situación de crisis potencialmente explosiva que puede desencadenar una secuencia de eventos que culminen en otro enfrentamiento armado. En la actualidad, los enfrentamientos de un ejército contra otro son de corta duración, pero la guerra de guerrillas que le sigue puede durar muchos años y es fatal para el país que la vive. ¿A dónde nos llevan los líderes de las potencias del mundo? Bien dicen que quién no aprende de la historia está condenado a repetir los mismos errores.