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A propósito del inicio de la Cuaresma

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Ahora que iniciado la Cuaresma, tiempo previo a la muerte y resurrección de Jesús, vale la pena reflexionar sobre los momentos difíciles que atraviesa el mundo, el sufrimiento de la población de Ucrania que ha impactado a todos en los últimos días. Y no solo allí, sino en otros puntos del planeta, donde hay serios conflictos políticos, como Afganistán.

' El número 40 tiene una presencia significativa en la Biblia. Esta cuaresma es una buena oportunidad para orar por la paz mundial.

Brenda Sanchinelli

El número 40 tiene una presencia muy importante y significativa en la Biblia. 40 días duró el diluvio, 40 días estuvo Moisés en el Monte Sinaí en oración antes de recibir las tablas de la Ley, y también guio al pueblo de Israel durante 40 años por el desierto hasta la Tierra Prometida; 40 días estuvo Jesucristo en el desierto preparándose para predicar, hacer milagros, pasar por su crucifixión, muerte y resurrección. Por ello esta cuaresma podría ser buen tiempo de oración antes de la Semana Santa, para pedir por la paz y bienestar general del mundo.

Muchos, incluso los titulares de los medios, describen estos momentos como “tiempos apocalípticos”. Entre una pandemia terrible que ha golpeado a todo el mundo, los cambios climáticos que están causando desastres naturales nunca antes vistos, una crisis económica que se avecina, junto con gran hambruna y, ahora, al borde de una “guerra con amenaza nuclear”. Es muy posible, sobre todo para los creyentes, suponer que el tiempo de la humanidad en este mundo se está agotando. Y aunque muchos aseveran que estos eventos han ocurrido siempre, este momento coyuntural ya había sido descrito en las Sagradas Escrituras.

La segunda venida de Jesucristo es un hecho que se espera desde hace más de dos mil años y las profecías bíblicas se han cumplido en su totalidad, ante el asombro de muchos, mas la parusía (segunda venida) sigue siendo la reina de todas las esperas. Aunque teológicamente ya estamos viviendo el “final de los tiempos”, podría ser hoy mismo, si usted muere ahora. Por lo tanto, el deber de cada ser humano en este mundo es estar vigilante, en búsqueda de una verdad que trasciende a religiones o personas, investigando la razón de nuestra propia existencia y procurando una relación directa con Dios, porque un día todos daremos cuenta de nuestro actuar en este mundo.

Jesús mismo prometió este retorno y dejó algunas advertencias y señales que anuncian esa segunda venida. Incluso se describen hechos que en aquella época eran inconcebibles y solo con la tecnología actual se pueden comprender y explicar para armar ese rompecabezas que hoy encaja perfectamente. Y aunque nadie sabe la hora ni el día, los expertos en escatología aseguran que todas las señales de este glorioso retorno se han cumplido, por lo que el acontecimiento podría ser en cualquier momento. La Biblia describe con detalle este segundo advenimiento y las consecuencias para el mundo, lo que ocurrirá a los verdaderos creyentes en Cristo, quienes serán arrebatados para ser librados de un gran sufrimiento que le espera a la humanidad.

Para los creyentes, en estos días de recogimiento espiritual, es bueno pensar sobre el sentido interpretativo de la pasión y sufrimiento de Cristo, saber que este hecho debe ser el centro de nuestra atención y que habrá una vida eterna para quienes deseen aceptar este amor que Dios nos brindó a través de su amado hijo, Jesucristo. A la luz de estos acontecimientos apocalípticos, sería sensato buscar la verdad, no haciéndose un religioso más, sino estableciendo una relación íntima con Dios, certificada por el amor hacia el prójimo, aprovechando bien y prudentemente el tiempo, porque los días que vienen son de gran angustia.

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