CATALEJO
Algunas características individuales de Putin
Vladímir Putin, de 70 años, es un personaje muy particular ahora con problemas causados por sus acciones. Manifiesta un culto a la personalidad y proyecta la imagen de un tipo rudo aunque protector para su pueblo; practica deportes extremos, es campeón de judo y karate, superhéroe protagonista de una tira cómica nacional, y al mismo tiempo propietario de las marcas Putinka de vodka y de caviar. Tiene tendencias similares a las de Stalin y sus órdenes se obedecen. Punto. Tal vez solo así se puede gobernar un país de 17 millones de kilómetros cuadrados, con ocho horas de diferencia —las mismas de Guatemala a Madrid— del extremo occidental, colindante con Europa, y el oriental, donde la menor distancia con Alaska es de solo 50 kilómetros.
Le agradan los símbolos. Ejemplos: Recibió al presidente francés Macron en una mesa de alrededor de seis metros de largo, cada uno sentado en un extremo. En 2013 vino a Guatemala para lograr la aprobación de los juegos de inviernos en Sochi, y el Comité Olímpico Internacional en pleno estaba reunido aquí. Ordenó construir una pista de patinaje en hielo en una cuadra de la 1ª avenida de la zona 10. Bajó del enorme avión Ilyushin por la tarde, cenó con el COI y salió esa misma noche. Al día siguiente, esa ciudad rusa había sido escogida. Tuve oportunidad de estar presente en un show dirigido a los asistentes a la reunión de la Asociación Mundial de Periódicos en Moscú y ello me dio una clara prueba de su habilidad frente a 1,400 dirigentes periodísticos.
' La personalidad de quienes ejercen el mando político en sus países tiene mucha relación con sus decisiones.
Mario Antonio Sandoval
Para entrar a la apertura de esa reunión, los asistentes debíamos pasar siete puestos de registro, y presentar una identificación distinta. Llegó al acto y, de pronto, de una fila cercana a donde yo estaba, varios jóvenes lanzaron pancartas de crítica y gritaron, muy al estilo de las democracias occidentales. De la nada surgieron guardaespaldas altos, fornidos y de ceño fruncido, quienes los sacaron del auditorio, a empujones pero sin lastimarlos, ante la mirada fría e impasible de Putin. Sonreí al ver el show, pero me di cuenta de su efectividad cuando dos invitados comentaron: “ya hay democracia en Rusia”.
No ha quedado libre de rumores y especulaciones, tanto en su país como afuera. Se le acusa de haber construido a orillas del Mar Negro, en la ciudad balneario Gelenzhik, un palacio de mil millones de dólares de costo, con estilo de la monarquía absoluta francesa del XVIII. Tiene buena relación con las autoridades de la Iglesia Ortodoxa Rusa y sus posiciones respecto a temas como el aborto y las cuestionables divisiones fomentadas en Occidente al respecto del sexo humano, son conservadoras y coinciden con el pensamiento de la mayoría del pueblo ruso, de muy marcada religiosidad. A mi juicio, es una forma de beneficiarse políticamente hacia adentro de Rusia, donde me sorprendió la cantidad de Rolls Royces mal estacionados en las calles.
Es un neo-zar y ya se aseguró poder participar en elecciones y por ello gobernar hasta el 2036. Gobierna directa o indirectamente desde el 2000. Demasiado tiempo: el poder marea, sobre todo cuando se ejerce por tanto tiempo con mano de hierro. Ha creído poder construir una “nueva unión soviética”, culpa a Gorvachov de los males del país a causa de la Perestroika. Le afecta haber pertenecido a la siniestra KGV comunista, y su 1.70 de estatura, parece hacerlo compartir las tendencias dictatoriales presentes en las personalidades de Napoleón, Hitler, Mussolini, Franco y Kim. Su popularidad entre el pueblo ruso disminuye a causa de la invasión de Ucrania y la cantidad de soldados muertos, calculada en 200 mil por los servicios de inteligencia de Occidente.