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Armas de fuego, bullying y cultura de la violencia
La enésima masacre en una escuela de Estados Unidos, reabre el debate sobre el tema del fácil acceso a armas y herramientas de guerra. El número de incidentes violentos relacionados con armas de fuego, es una pesadilla que pareciera no tener fin.
' No se puede prohibir la venta de armas, pero sí se puede frenar el bullying.
Brenda Sanchinelli
Sin embargo, días después del ataque que llevo a cabo Salvador Ramos, con un rifle de asalto AR-15, en la escuela primaria en la localidad de Uvalde, Texas, se ha dado a conocer que las ventas de este fusil, aumentaron de manera alarmante en Estados Unidos. Tan solo en Georgia, el popular rifle norteamericano incrementó en un 30% sus ventas en tan solo una semana. Este fenómeno, debido a que el presidente Joe Biden ha pedido implementar nuevas leyes, en torno a las armas de asalto y los cargadores de alta capacidad. Estas nuevas regulaciones han hecho que miles de estadounidenses hagan fila frente a las tiendas para abastecerse de estos productos antes que empiecen las restricciones para su adquisición.
Increíblemente, en lugar de que la sociedad rechazara la venta de este tipo de armas por las masacres, la gente se volcó a comprar más de este producto. Hecho vinculado a un profundo problema cultural.
Lo que todo el mundo se pregunta es, ¿por qué ocurren con tanta frecuencia este tipo de eventos, en ese país? Involucra varios factores, además de las armas. Es duro aceptar que hay muchas personas desequilibradas mental y emocionalmente, por el tema de la soledad y la dureza de la vida de los estadounidenses. Pero más duro son aún las consecuencias psíquicas de tales condiciones, que desencadenan en estos sangrientos episodios.
Pero, también es claro que, si las armas no fueran tan fáciles de comprar y sostener, habría menos masacres, a pesar de toda la situación social que está afectando. Hay alrededor de 390 millones de armas en circulación. Con una población de 329 millones, esto significa que hay más armas de fuego que personas.
Si la adquisición de las armas, es una situación que por ahora no se puede cambiar, debido a la Segunda Enmienda, donde la compra y tenencia de armas es un derecho recogido por la Constitución. Lo que sí está en manos de todos los ciudadanos estadounidenses, es controlar el estado emocional de los jóvenes. Es de suma importancia comprender que el fenómeno del bullying, está invadiendo el ámbito estudiantil de una forma imparable, esa violencia escolar, donde se maltrata e intimida a ciertos niños y adolescentes, causa serios daños emocionales en las víctimas. Este problema no es un juego de niños, deben involucrarse las autoridades del gobierno, directores, maestros y no digamos los padres de familia.
Un análisis sobre tiroteos masivos, encontró que el 59% de los perpetradores de estas masacres, tenían un diagnóstico de alguna enfermedad mental, habían sido víctimas de bullying, o tenían problemas originados por familias disfuncionales.
Las enfermedades mentales, incluso en sus formas más graves, se asocian con un riesgo ligeramente mayor de comportamientos violentos, que sin embargo van desde la violencia verbal hasta la física, con una alta probabilidad de que un individuo lleve a cabo una masacre masiva.
Otro factor que incide fuertemente es la cultura de la violencia. La exaltación del racismo, del odio, en una sociedad alienada, disfuncional, donde reina la inseguridad y la presión social, son ingredientes explosivos, sobre todo cuando cualquiera puede tener un arma. Los video juegos entrenan a los chiquillos a disparar a todo lo que se mueve. Las películas de Hollywood enfocadas en los grandes pistoleros o narcotraficantes que se vuelven unos superhéroes, si es que saben disparar, golpear, pelear y matar.