FAMILIAS EN PAZ

Bienestar del hogar

|

Este año tuvimos desafíos en nuestra vida familiar y laboral, el confinamiento y el trabajo en casa nos obligó a ajustar nuestra rutina y forma de relacionarnos: niños adaptándose a clases en línea, padres modificando su forma de trabajar con horarios extendidos, madres exhaustas convertidas también en maestras o cuidadoras.

' “Si tienes amor por la familia, entonces tienes amor por los demás y unidad como pueblo”. Marlon Wayans

Rolando De Paz Barrientos

El ambiente en el hogar es relevante para nuestra salud física y estabilidad emocional; se trata de la red social primaria donde somos formados como individuos. De ahí la importancia de construir un ambiente sano, buscando dar confianza, seguridad y estabilidad.

Muchos de nosotros tuvimos que improvisar un espacio en casa para trabajar, o para que los hijos recibieran sus clases. Con seguridad surgieron tensiones, los compromisos familiares y los peligros de la pandemia puede que haya causado temor y tensión en los padres.

¿Cómo enfrenar estos desafíos sin que repercutan de forma negativa en el hogar? Hay cuatro aspectos que debemos considerar en esta nueva dinámica familiar para adaptarnos de la mejor manera: el primero es aprender a separar el tiempo y espacios de trabajo y estudio del tiempo para cultivar la dinámica conyugal y familiar. Definir y respetar horarios de trabajo ayudará en este proceso. La intimidad y el hacinamiento pueden provocar tensiones que hemos de saber manejar: el trabajo demanda confidencialidad y a veces estar a solas, pudiendo agobiar a todos en casa.

El segundo aspecto es aprender a dar y a recibir reconocimiento. Aplaudir es un acto significativo, da fuerza y ánimo, nos hace sentirnos acompañados. En casa reconozcamos los esfuerzos y logros por pequeños que sean: finalizar una tarea, completar una jornada de trabajo. No hemos sido enseñados a reconocer los esfuerzos de los demás y hacerlo nos unirá más como familia.

El tercer aspecto es derivado de una menor interacción social y movilidad física, con posibles consecuencias negativas para la salud como el sobrepeso, hipertensión o enfermedades del corazón. El ejercicio físico es beneficioso para nuestro cuerpo y mente. Establezcamos horarios y rutinas para mantenernos lo más activo posible: caminar, trotar, levantarse con frecuencia para no permanecer mucho tiempo inactivo. Un descanso de 5 minutos para realizar estiramientos ayuda a relajar los músculos y mejorar la circulación sanguínea. Unos breves momentos de ejercicio ayudarán a nuestra salud mental, mejora nuestro ánimo, reduciendo el riesgo de depresión o deterioro cognitivo.

El cuarto aspecto tiene que ver con el aspecto espiritual. Alimente su espíritu mediante lectura y meditación de las Escrituras, haga tiempos de oración, pero sobre todo aprenda a gozarse y a disfrutar la vida. Aprendamos a ver la vida con fe y positivismo a pesar de las circunstancias difíciles que podamos enfrentar.

El ejemplo del apóstol Pablo me desafía constantemente: aprendió a contentarse cualquiera que fuera su situación. No se enfocó en sí mismo sino en los demás. Estando en prisión escribe la carta a los Filipenses buscando animarlos con estas palabras: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”.

ESCRITO POR: