MIRAMUNDO

Carta a mi hijo periodista

|

Ofrezco mis disculpas por usar este espacio para escribir una carta familiar, pero sabemos cómo el gobierno pasado y el presente nos dejaron hasta sin correo, y hoy 30 de noviembre, Día del Periodista, necesito hacerle llegar a Juan Enrique, quien decidió hacerse periodista, una nota que quizás pueda también servirle a otros patojos con igual decisión.

Dedicarse al periodismo, hijo, en América Latina es riesgoso y complicado. Justo este año pude leer el libro El vendedor de silencio, escrito por Enrique Serna, quien retrató la vida de don Carlos Denegri, un periodista mexicano famoso porque se hizo de fortuna y fama subastando el silencio o el escándalo a poderosos políticos o empresarios. Este retrato de la realidad del periodismo sirve para saber cómo, sin escrúpulos y sin valores, tu profesión construye tanto paradigmas como espejismos.

Quiero recordar, justo en esta nota, las palabras de mi papá, quien al cursar yo el bachillerato se me acercó y me dijo: “Yo no quiero que estudiés Derecho por compromiso, quiero tener un hijo feliz, en vez de un hijo abogado, pero sí te diría que no me gustaría que fueras militar o cura, porque si sos uno de los dos no podrás buscar la verdad libremente porque en ambos jurás obediencia. Universidad viene de universal, así que la vida universitaria no te debe servir para nada más que convertirte en libre pensador”.

' Se celebra el 30 de noviembre el Día del Periodista porque hoy, pero en 1729, fue el primer tiraje de la Gaceta de Guatemala.

Alejandro Balsells Conde

Ser libre pensador es fundamental en la vida, pero sobre todo en el periodismo, porque deberás dudar de todo, como bien nos ha dicho la amiga Dina Fernández que le dijo su profesor: “Si su mamá le dice que es su madre, dúdelo y compruébelo”. Dedicarte a una profesión donde la duda y la investigación de la verdad es diaria resulta complejo en sociedades donde la mojigatería, primero, los prejuicios, después, pero sobre todo dogmas religiosos y políticos, bastante absurdos, se han adoptado como parte de una construcción suicida, la cual no tenemos mayor anhelo de abjurar.

Se celebra el 30 de noviembre el Día del Periodista porque justo hoy, pero en 1729, se llevó a cabo el primer tiraje de la Gaceta de Guatemala, y esto resulta oportuno porque la Constitución de Cádiz en 1810 ya garantizó la libertad de imprenta en las colonias españolas del nuevo Mundo, y desde ese momento el poder ha querido destruir los pocos avances conseguidos. Año con año, políticos sin fe democrática y menos respeto a la República ocupan sus puestos para coartar el acceso a fuentes de información, pero sobre todo para lambisconear a prensa no molesta, llegándose al grado de nuestro país, en donde la televisión abierta funciona en monopolio como fiel cortesana del poder y quienes pregonan la libertad de mercado a los cuatro vientos jamás han alzado su voz; de hecho, algunos de ellos hasta ahora celebran el cierre de “molestos” medios de comunicación, lo cual deja con menos oportunidades de empleo a miles de patojos que, como vos, optaron por esta carrera.

También estarás lleno de realizaciones. Informar para dar luz es honroso porque así todos tomaremos mejores decisiones. Además, ustedes son fuente histórica por excelencia. Así, palabra por palabra entintada será potencial claridad para quien trate de entender nuestro convulso mundo actual donde el egoísmo, el uso de la ley para burla y destrucción del derecho, pero sobre todo los intentos de división, son la regla hasta en nombre de Dios. El periodismo es un compromiso con la verdad; llegar a la verdad es una decisión personal. Por eso, entender la libertad como base de lo que hagás te hará, como a muchos otros patojos como vos, realizarte y ser feliz. Suerte en eso, Juane, que la responsabilidad te guíe.

ESCRITO POR: