IDEAS

China: escondiendo la crisis con bravuconadas

He sostenido que una de las posibilidades detrás de la desproporcionada respuesta de China hacia la visita de Nancy Pelosi a Taiwán podría ser para tratar de restar atención a los datos cada vez peores de la economía. Pues este fin de semana llegaron más de esos datos, si bien no confirman mi hipótesis, sí pintan un panorama complicado para China.

' El crecimiento podría caer este año al 4% o incluso al 3.5%, muy por debajo de la previsión gubernamental del 5.5%.

Jorge Jacobs

En julio, el crecimiento de la producción industrial china fue de 3.8% interanual, por debajo del 3.9% de junio, y muy por debajo del 4.6 que esperaban los analistas. Además, las ventas al detalle crecieron un 2.7% interanual, por debajo del 3.1% de junio y del 5.0% que esperaban los analistas. También se incrementó el desempleo, especialmente en el grupo de los “jóvenes urbanos”, que llegó al 19.9%, su cifra más alta desde que se empezó a registrar en 2018. Es el cuarto mes consecutivo de récord de desempleo entre los urbanitas de 16 a 24 años, y la tasa aumentó 0.6 puntos porcentuales desde junio.

Por si fuera poco, hay que añadir los problemas generados por el sector inmobiliario: hay casi medio millón de clientes que han perdido sus depósitos porque los bancos prestaron indiscriminadamente a los promotores inmobiliarios, que ahora se enfrentan a impagos en cascada. Las manifestaciones y hasta la “revolución de las hipotecas” se empiezan a reflejar ya en la caída del crédito al sector privado: las cifras oficiales del viernes pasado mostraron que los nuevos préstamos en yuanes cayeron más de lo esperado en julio.

Todo ello se ve reflejado en los recortes de las previsiones de crecimiento de muchos analistas, que ya están pronosticando que el crecimiento del PIB para este año podría caer al 4% y algunos incluso mencionan el 3.5%, muy por debajo de la previsión del gobierno de un crecimiento del 5.5%.

Por ello no extraña que, el lunes, el Banco Popular de China recortó en 0.1 puntos porcentuales dos tipos de interés clave e inyectó el equivalente a US$59,300 millones en el sistema financiero para intentar reactivar el crédito y ampliar el crecimiento económico.

Sin embargo, estas medidas podrían tener pocas repercusiones en cambiar la tendencia de la economía en los próximos meses, lo que es vital para el proceso de reelección de Xi Jinping en el Congreso del Partido Comunista de Noviembre. Aunque hay muy pocas posibilidades de que Jinping no sea electo, lo que sí podría cambiar son las personas que tenga alrededor, lo que podría complicarle sus planes para el siguiente lustro.

Además, los riesgos siguen existiendo, ya que muchas ciudades chinas, incluidos centros de fabricación y lugares turísticos populares, impusieron medidas de cierre en julio tras detectarse nuevos brotes de la variante ómicron del coronavirus, más transmisible. Y esta semana ya se rumora que podría haber nuevos encierros bajo la todavía persistente política de “cero contagios” del Gobierno.

Por ello no debe extrañar que el gobierno chino esté aprovechando una nueva visita de miembros de la Cámara de Representantes a Taiwán, el domingo pasado —y el anuncio de visitas de parlamentarios de Japón y Canadá— para continuar “ejercicios militares”, intentando cambiar el discurso de las malas noticias económicas hacia el “conflicto” con Taiwán. Tampoco deben extrañar los anuncios de esta semana de los “ejercicios militares” conjuntos con Rusia, India y varios otros países de la región.

En resumen, la situación económica en China está caminando en arenas movedizas y, como he indicado desde hace tiempo, las acciones de Xi Jinping para lograr un control más autoritario del país seguirán ahuyentando las inversiones, por lo que hay que tratar de atraer algunas de ellas a nuestra región.

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