En las últimas dos semanas, los casos positivos de covid-19 exceden el 30% de las pruebas realizadas, la letalidad sigue en 2.7%, pero hay avances significativos en la vacunación (hace dos semanas 3 millones de vacunas puestas y ahora 4,226,046). Sin embargo, solo hay reportadas 1.036,180 personas vacunadas con esquema completo, que es muy bajo contra el objetivo y contra países desarrollados y países de la región como El Salvador, Panamá y Costa Rica. Se reporta 97% de ocupación hospitalaria (públicos y privados) y si el contagio no se atiende de inmediato no habrá capacidad para atender a más personas. Ya se abrió la vacunación de 25 años en adelante y pronto se abrirá para 18 años en adelante.

El primer problema del covid es lo que he venido anotando por 18 meses: lo ineficiente y lo no transparente del sistema de salud pública del país. El Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social tiene más de 40 sindicatos que logran gobernar internamente el Ministerio. A pesar de que hay que resaltar a médicos y enfermeros que muestran gran actitud y entrega a su trabajo, una parte del personal del MSPAS muestra mala actitud y comodidad. Un gran pendiente con el país es la reingeniería del Ministerio.

El segundo problema fue lo tarde en lograr implementar el programa de vacunación y lograr vacunar al ritmo que va en los últimos dos meses. Eso seguramente tiene que ver con el primer problema. Hasta que la Presidencia de la República logró apoyos de instituciones como el Ejército y de los sectores empresarial y universitario, se logró avanzar.

El tercer problema fue lo tarde que vinieron las vacunas compradas y donadas si lo comparamos con países del primer mundo y algunas vecindades. También debe tener que ver con el primer problema más lo complejo que ha de ser cuando todos los países quieren vacunas al mismo tiempo. Los países del primer mundo lograron vacunar un buen porcentaje de enero a mayo y ahora ya hay más disponibilidad.

Ahora bien, en mi opinión los contagios se han incrementado de la manera que las estadísticas publicas lo han mostrado principalmente porque el ciudadano no se cuida. Unos porque están cansados del uso de la mascarilla y de algunas restricciones y otros por ignorancia. Todos debemos de colaborar para que haya conocimiento del riesgo y para que cada uno se cuide usando la mascarilla, guardando la distancia y lavándose las manos.

A la vez cada uno ha buscado como salir adelante en lo económico. Las responsabilidades y las obligaciones nos han hecho buscar la forma de poder trabajar y así generar ingresos. Los datos económicos del país son alentadores para esta época difícil. Y eso debe seguir así. Solamente hay que tener los cuidados necesarios para poder seguir trabajando.

Pero me preocupan dos cosas: 1) los pocos ciudadanos que quieren detener el país bloqueando carreteras y de esa manera afectar la libertad de las personas y su libre locomoción y 2) las narrativas políticas sin pruebas que se multiplican en redes sociales y en algunos medios de comunicación que llenan de preocupaciones a los ciudadanos.

Para avanzar debemos de poner por un lado los intereses individuales y buscar el bien común. Debemos denunciar la mala actitud de servidores públicos, debemos denunciar cualquier acto de corrupción, debemos cuidarnos uno a otro, debemos fomentar el estudio y el trabajo haciéndolo con los debidos cuidados y debemos rechazar a quienes tienen agenda política queriendo detener la economía y a quienes con narrativas sin pruebas quieren generar polémica, caos y retrasos.

Es momento de priorizar. Lo primero es la salud y lo segundo, pero a la par, es la economía. Trabajemos en generar oportunidades y en llevar servicios a los más necesitados.